Mostrando entradas con la etiqueta creacionismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta creacionismo. Mostrar todas las entradas

lunes, 30 de agosto de 2010

Evolución vs. Creacionismo (otra vez)


Supongo que resulta evidente que tengo el blog bastante descuidado. Digamos que demasiado trabajo y las vacaciones de por medio me han hecho perder la costumbre. Espero poder publicar más a menudo. En esta ocasión la entrada sirve como respuesta a los comentarios (que no argumentos) expuestos por un lector anti-evolucionista en la entrada sobre los vestigios anatómicos.

Su comentario:

Primero que nada no soy ningun ignorante en ciencias, ya que soy Licenciado en Química, No soy biólogo, pero tengos bastantes conocimientos en ciencia, los que me sirven para no comprar cualquier cosa que me digan.

Segundo, No me respondiste ninguna de las preguntas que te hice...¿Que clase de científico te crees?
¿Por qué no me las respondes? ... ¿No será que no tienes argumentos?

Tercero, ese link que me dejas, ya lo había leido, por eso te escribí.
Lo que tu llamas pruebas científicas, sinceramente no son más que suposiciones, no hay nada comprobado científicamente, esa prueba que mencionas de que si todos tienen dedos o tienen esqueletos parecidos "demuestra" que todos venimos de un mismo ser, me parece un análisis muy poco serio y antojadizo, por decir lo menos. Eso es como decir que, si el vecino de la esquina se parece físicamente a mí, entonces eso demuestra indesmentiblemente que provenimos de la misma familia. !seamos serios por favor! Si comprueban que ambos tenemos el mismo ADN, eso es un hecho científico, y no esas suposiciones que dices.

Cuarto. ¿Por qué tratas de tontera eso de los ladrillos? jaja Qué crees que hablo por hablar nomás! jajaja Has escuchado hablar de la segunda ley de la Termodinámica y Entropía? Según ella, la cual es una ley (Comprobado 100%) y no una teoría (Explica bien, pero no necesariamente tiene que ser así), dice en una de sus formas de expresarla que: TODO PROCESO ESPONTÁNEO E IRREVERSIBLE SIEMPRE TIENDEN AL AUMENTO DEL DESORDEN, Y PARA CREAR ORDEN HAY QUE EFECTUAR TRABAJO. (Y ese trabajo lo debe realizar alguién o algo). Entonces, un edificio, al igual que una célula, son cosas tan ordenadas y complejas que no pueden ser creadas espontáneamente. La probabilidad matematica es irrisoría.

http://www.maic.net/evolucion/matematica.htm

* Los datos que salen en el link, también son hechos por científicos.

Me vas a decir que todo lo que existe se produjo por accidente o por obra de la mera casualidad?...Si la segunda ley dice que nada que ocurre por accidente forma algo ordenado!! Como me explicas que los humanos seamos seres tan perfectos?.. Tenemos dos ojos muy bien centrados, nuestros brazos y piernas miden lo mismo, los dedos de nuestros pies y manos son muy proporcionados, ¿Toda esa perfección, nuestro cerebro, ojos, fueron hechas por una seguidilla de accidentes? jaja No lo creo... ¿Quién realizó ese trabajo?

Bueno, espero que ahora sí respondas directa y satisfactoriamente mis preguntas, y sin evasivas como lo hiciste.

Adios.

Mi respuesta:

(comienza el tono sarcástico) Wow, si que se han acumulado comentarios cargados de sólidos argumentos, me pregunto como voy a poder rebatir tanta prueba científica junta. (termina el tono sarcástico). Tendré que pasarme por aquí más a menudo, reconozco que tengo el blog abandonado.

Me limitaré a contestar al químico anónimo, que al menos parece dominar la gramática a un nivel razonable. En tu primer comentario me preguntabas por qué no se habían descubierto fósiles de formas intermedias y yo te contesté con un enlace a la entrada en la que se habla precisamente del gran número de formas intermedias que se conocen ¿realmente lo habías leído?, las series existentes son más o menos completas, en algunos casos el proceso de evolución puede seguirse de forma tremendamente detallada, el hecho de que todas ellas sean discontinuas se debe simple y llanamente a que el proceso de fosilización es extremadamente poco frecuente y por lo tanto el registro debe ser necesariamente fragmentado, ese hecho en ningún modo invalida o minimiza el valor de la prueba. ¿cual es tu prueba para la hipótesis creacionista?.

Pasamos a la prueba de las homologías (que no es lo mismo que similitudes) anatómicas. parece cuanto menos curioso que las alas de un murciélago, las alas de un ave, la aleta de una ballena, la mano de una persona, las garras de un leopardo o la pezuña de un caballo presenten una estructura similar, con los mismos componentes siguiendo un mismo patrón para dar lugar a estructuras tan distintas y con funciones tan dispares. ¿qué sentido tiene la estructura ósea de la aleta de un delfín? un diseñador inteligente hubiese colocado un número distinto de huesos y con una morfología distinta para obtener de un modo mas sencillo la forma y la función de la aleta ¿era realmente necesario utilizar en todos los casos los mismos componentes? ¿lo hizo el creador para despistar? ¿cual es tu explicación creacionista? ¿por qué el feto de la ballena, que según la teoría de Darwin evolucionó a partir de mamíferos terrestres, desarrolla una dentadura vestigial carente de función y que es reabsorbida antes del nacimiento? ¿sigue jugando al despiste el diseñador inteligente?. En definitiva, en este asunto tu comparación de las homologías anatómicas con el parecido entre tú y tu vecino es de una ignorancia manifiesta en cuanto al significado de la prueba. Este es un buen momento para parafrasearte ¡seamos serios por favor!. Por cierto que si la secuencia del ADN te sirve como prueba del parentesco entre individuos deberías saber que el análisis de la secuencia genética de las distintas especies da como resultado un árbol filogenético firmemente coherente con la evolución a partir de un ancestro común.

Siguiente punto, la segunda ley de la termodinámica, otro clásico. veamos lo que dice exactamente:

"La cantidad de entropía de cualquier sistema aislado termodinámicamente tiende a incrementarse con el tiempo."

o bien

"Es imposible un proceso cuyo único resultado sea la transferencia de energía en forma de calor de un cuerpo de menor temperatura a otro de mayor temperatura"

o en otras palabras:

"cuando una parte de un sistema cerrado interacciona con otra parte, la energía tiende a dividirse por igual, hasta que el sistema alcanza un equilibrio térmico"

¿Esta ley es realmente incompatible con la teoría de la evolución? la verdad es que no y me gustaría que si tú encuentras esa relación me la expliques. Yo intentaré explicar por que no son incompatibles:

1. La Tierra no es un sistema cerrado. En su superficie inciden los rayos del sol (con baja entropía) y en consecuencia se produce una irradiación de calor (con mayor entropía). Este flujo de energía y el cambio de entropía que conlleva es suficiente para permitir procesos que impliquen una reducción local de la entropía en la Tierra.

2. La entropía no es siempre lo mismo que el desorden. en muchas ocasiones pueden coincidir pero en otras se obtiene un incremento del orden a medida que aumenta la entropía. Más aún, el aumento de la entropía puede utilizarse para la obtención de sistemas ordenados (vease el ejemplo en Han, J. and H. G. Craighead, 2000. Separation of long DNA molecules in a microfabricated entropic trap array. Science 288: 1026-1029.)

3. La evolución solo requiere de un número limitado de procesos, estos son la capacidad de reproducción, la aparición de variaciones, la herencia de estas variaciones entre generaciones y la selección. Todos estos procesos ocurren de forma constante así que resulta evidente que no se esta violando ninguna ley física fundamental.

a ver... que me falta... ah sí, lo perfectos que somos. bueno, todo perfecto hasta que algo falla, digamos que perfectos a tiempo parcial. Perfectos hasta que una de nuestras rutas metabólicas se desajusta un poquito y obtenemos un niño con ictiosis arlequín (las consecuencias son muy desagradables como puede verse en esta foto que puede herir la sensibilidad de ciertas personas):

http://asylumeclectica.com/asylum/malady/archives/harlequin/harlequin3.jpg

perfectos hasta que se produce un error en la meiosis y obtenemos uno de los síndromes de una larga lista: Down, edwards, klinefelter, patau, prader-willi, turner, etc...

perfectos hasta que dos gemelos siameses comparten un órgano vital, o hasta que una de nuestras células deja de ser tan perfecta y produce un tumor, o hasta que nuestro sistema inmune comienza a atacar nuestras propias células, o hasta que comer un determinado alimento nos puede producir una reacción alérgica mortal. Digamos que mayoritariamente perfectos, al fin y al cabo solo el 6% de los nacidos presentan malformaciones genéticas de algún tipo. ceguera, sordera, espina bífida, cardiopatías congénitas, talasemia, hemofilia ¿hacen falta más ejemplos?

La existencia de todas estas imperfecciones se explica muy bien si nos atenemos a la teoría de la evolución, a la aparición de mutaciones genéticas espontáneas, a la herencia de estas mutaciones y sobre todo a la ausencia de un propósito. ¿como lo explicais tú y tu diseñador inteligente? ¿otra broma o despiste? la verdad es que si tu creador existe hay que reconocer que es un cachondo, con el sentido del humor un poco negro, pero un cachondo al fin y al cabo.

¡casi se me olvida! lo de la probabilidad matemática. Bueno esa es fácil. En realidad ese cálculo parte de una falsa premisa. La aparición de la primera célula en ningún caso tuvo que producirse necesariamente en una única conjunción de cientos ni decenas de procesos simultáneos. Al igual que la evolución de las especies, la evolución de la vida pudo, y seguramente tuvo lugar, tras una serie de procesos escalonados y acumulativos, lo que no implica simultaneidad.

Espero haber resuelto algunas de tus dudas y quedo impaciente por conocer las pruebas sobre tu modelo, que aún desconozco. Esta muy bien poner en duda los argumentos de los demás pero echo en falta argumentos alternativos.

Un saludo y estaré atento para no tardar tanto en responder la próxima vez.

domingo, 9 de mayo de 2010

Pruebas de la evolución - Las homologías anatómicas




La teoría de la evolución implica que los cambios que se producen al pasar de una especie a otra sean graduales. Esta gradualidad tiene como consecuencia y permite predecir la existencia de homologías anatómicas. Con homología anatómica nos referimos a estructuras similares con funciones distintas. Cuando surge una especie nueva a partir de una antigua, la nueva especie puede adquirir funciones nuevas pero sus estructuras estarán condicionadas por las heredadas de la especie original y por lo tanto serán similares con ligeras modificaciones necesarias para la nueva función. De este hecho se desprende que las estructuras homólogas actuales tienen una historia evolutiva que debe poder ser explicada mediante estructuras de especies intermedias, vivas o fosilizadas.

Existen innumerables ejemplos de homología entre especies, tanto vivas como extinguidas. Los mismos huesos en las mismas posiciones relativas aparecen en las manos de los primates, en las alas de los murciélagos, de las aves o de los pterosaurios, en las aletas de las ballenas, en las patas de los caballos, las extremidades excavadoras de los topos o las patas membranosas de los anfibios (ver ilustración superior). Todos estos caracteres tienen estructuras similares que realizan funciones diversas. El árbol filogenético estándar muestra que estas especies comparten las mismas estructuras porque todas ellas se derivan de ancestros comunes que ya las tenían.

El registro fósil ilustra, por ejemplo, como la estructura de las extremidades superiores de los dinosaurios terópodos se fue modificando gradualmente hasta adquirir la apariencia actual en las aves modernas. Esta serie incluye al Eoraptor (hace unos 230 millones de años), los herrerasaurios (210 M.a.), los Allosaurios (180-90 M.a.), el Archaeopteryx (150 M.a.), los Enantiornites (145 M.a.) y los Euornites (65 M.a.).


En esta ilustración se puede observar la evolución desde la extremidad delantera del Ornitholestes (A), un dinosaurio terópodo de hace más de 150 M.a., hasta el ala del pollo moderno (D), pasando por el Archaeopteryx (B) y el Sinornis, un ave del Cretáceo (C).

La teoría de la evolución predice que nunca encontraremos aves, vivas o fosilizadas, que presenten al mismo tiempo alas y patas delanteras, ya que las primeras son precisamente modificaciones de las últimas, ni tampoco encontraremos moluscos con cloroplastos, a pesar de que en ambos casos esas estructuras supondrían una clara ventaja para esas especies. Del mismo modo, la teoría de la evolución estaría en dificultades si el árbol filogenético no tuviese una continuidad estructural. Hasta el momento todos los estudios de anatomía comparada coinciden con los postulados de la evolución y constituyen una prueba más de la misma.

sábado, 20 de marzo de 2010

Pruebas de la evolución - La biogeografía actual


Dado que los ancestros comunes deben originarse en un lugar geográfico concreto, la divergencia de las especies ocurre no solo en el tiempo sino también en el espacio. Por lo tanto, la distribución espacial de las especies debería ser coherente con las relaciones geográficas predichas por la teoría de la evolución. Al árbol filogenético estándar predice que las especies nuevas deben originarse cerca de las especies originales de las que se derivan. Es decir, las especies actuales que estén estrechamente relacionadas según criterios anatómicos y bioquímicos deberán encontrarse próximas geográficamente, independientemente de sus hábitats y adaptaciones específicas. Si no lo están deberá existir una explicación lógica, por ejemplo algo que facilite la movilidad (sería el caso de los animales marinos, las aves y las especies transportadas por el hombre, entre otros), la deriva de los continentes o un proceso de divergencia especialmente lejano en el tiempo. En este sentido, la distribución biogeográfica actual debería reflejar la historia de sus orígenes.

Desde posturas creacionistas se podría predecir que la distribución de las especies se corresponderá con la distribución de sus hábitats respectivos, sin embargo, la macroevolución predice justo lo contrario, es decir, la teoría de la evolución predice que deben existir muchos lugares en los que una determinada especie podría vivir y reproducirse con éxito y sin embargo esta especie no se encuentra de forma natural en dichas regiones a causa de barreras geográficas.

Los marsupiales constituyen un buen ejemplo del cumplimiento de esta predicción de la teoría de Darwin. La práctica totalidad de los marsupiales solo viven en Australia, y las escasas excepciones, que se encuentran en América del Sur, pueden explicarse mediante la deriva continental, ya que Australia y Sudamérica formaron parte del continente Gondwana hace entre 500 y 200 millones de años. Por otro lado, los mamíferos placentarios no existían en Australia hasta que fueron llevados allí por los humanos, a pesar de que una vez allí se han extendido con rapidez y Australia se ha revelado con un hábitat perfecto para muchos de ellos.

De un modo similar, los extremos sur de América, África y toda Australia comparten la presencia de peces pulmonados, aves no voladoras del orden de los avestruces, y grupos comunes de anfibios - todos ellos ausentes en cualquier otro lugar. Los reptiles del género Alligator, algunas especies de salamandras gigantes y las magnolias solo aparecen en el este de Norteamérica y el este de Asía, estas dos regiones actuales se encontraban próximas cuando formaban el sur del continente Laurasia hace cientos de millones de años.

Los desiertos de América, el Sahara y Australia presentan hábitats muy similares y las plantas de uno pueden cultivarse y crecer bien en otro. Sin embargo, los cactus indígenas solo viven en América, mientras que la vegetación del Sahara y el desierto australiano esta muy distante a la americana en el árbol filogenético. Los seres humanos introdujeron la única especia de cactus presente en Australia y esta resultó crecer muy bien en su nueva localización.

Las costas al este y al oeste de América del Sur son hábitats muy similares y sin embargo la fauna marina es muy diferente en cada una de ellas. Un ejemplo más, distintos miembros de la familia de la piña habitan en hábitats muy diversos, desde la selva tropical hasta el desierto, pasando por la alta montaña, pero solo en los trópicos americanos, estando ausenten en los trópicos africanos y asiáticos.

A partir de la teoría del ancestro común y de lo que sabemos sobre la distribución de las especies podemos predecir que nunca encontraremos elefantes en islas distantes del pacífico, incluso aunque estos vivirían muy bien en ese ambiente. Del mismo modo predecimos que no encontraremos anfibios en islas remotas, ni cactus indígenas en Australia. En definitiva, las especies estrechamente relacionadas podrían estar distribuidas por todo el mundo de acuerdo con aquellos hábitats que le sean más favorables pero, tal y como predice la teoría de la evolución, esto no ocurre. Si esto ocurriese sería un serio problema para explicar el origen de las especies a partir de un ancestro común pero una vez más la evolución acierta y el creacionismo falla, sobre todo si intentemos explicar la distribución de las especies a partir de un solo arca que un tal Noé debió haber construido hace unos 5.000 años.

domingo, 7 de marzo de 2010

Pruebas de la evolución - Los vestigios moleculares

Prueba 1, prueba 2, prueba 3, prueba 4, prueba 5, prueba 6.

Prueba 7: Los vestigios moleculares

Si la teoría de la evolución es cierta, además de vestigios anatómicos deberíamos encontrar también características vestigiales a nivel molecular. Los seres humanos no tenemos la capacidad de sintetizar el ácido ascórbico (la vitamina C), y la consecuencia de ello es la aparición del escorbuto bajo ciertas carencias nutricionales. Sin embargo, el ancestro común de los humanos que predice la teoría de la evolución sí sería capaz de sintetizar vitamina C, ya que esta función está presente en la mayoría de los animales actuales, a excepción de los primates y las cobayas. Por lo tanto, según la teoría de la evolución, se deduce que los humanos, otros primates y las cobayas deberían portar evidencias de la pérdida de esta función en forma de vestigios moleculares.

Ésta predicción fue confirmada en la década de los 90 por Nishikimi y colaboradores, cuyos resultados se publicaron en el Journal of Biological Chemistry. Nishikimi identificó el gen de la L-gulano-gamma-lactona oxidasa, implicado en la síntesis de la vitamina C, en humanos y cobayas. Éste aparece en forma de pseudogen, presente pero incapaz de funcionar. De hecho, este pseudogen ya se ha identificado en otros primates, concretamente en chimpancés, orangutanes y macacos. Más aún, todos estos genes han acumulado mutaciones al ritmo predicho para las regiones neutrales del DNA, incluidos los pseudogenes.

Los genes relacionados con el olfato son otro buen ejemplo de vestigios moleculares. Los ancestros de los humanos predichos por la teoría de la evolución debieron tener, al igual que muchos otros mamíferos actuales, un sentido del olfato más agudo del que tenemos ahora. Los humanos tenemos más de un centenar de genes relacionados con receptores olfativos pero el 70% de ellos han dejado de ser funcionales. Muchos mamíferos, como los ratones o los titíes (un grupo de primates) comparten gran parte de los genes humanos relacionados con receptores del olfato pero en su caso estos sí funcionan, es decir, son capaces de expresar la proteína codificada en dichos genes. Un caso extremo de vestigios moleculares lo constituyen los delfines, que descienden de mamíferos terrestres. Al adaptarse a un medio acuático los delfines ya no tienen necesidad de oler moléculas volátiles, sin embargo siguen presentando en su DNA muchos genes para receptores del olfato, de los cuales ninguno es funcional, todos aparecen como pseudogenes.

Otros ejemplos de vestigios moleculares son el gen de la proteina RT6, que se expresa en los linfocitos T de otros mamíferos pero ha dejado de ser funcional en los humanos, el gen de la galactosil transferasa o el de la tirosinasa. Todos ellos son genes activos en otros mamíferos pero en los humanos y otros primates presentan mutaciones que evitan su expresión. Es importante hacer notar que las mutaciones que evitan la actividad de estos genes también son generalmente las mismas en humanos y primates, lo que encaja con la teoría del ancestro común.

viernes, 29 de enero de 2010

Pruebas de la evolución - Los atavismos



Prueba 6: Los atavismos anatómicos

En la última entrada sobre las pruebas de la evolución hablábamos de los vestigios anatómicos, tales como las alas de los Casuarios o los ojos de la salamandra ciega, estructuras que en ambos casos resultan inútiles al estar ocultos bajo la piel del animal. En esta ocasión nos referimos a otra prueba estrechamente relacionada con la anterior, los atavismos anatómicos.

Un atavismo es la reaparición de una característica propia de algún ancestro remoto que se ha perdido a lo largo de la evolución y que por lo tanto no se observa en el resto de sujetos de la especie a la que pertenece el portador de dicho atavismo. Los atavismos presentan tres características esenciales:

- Su presencia persiste en la edad adulta.
- Está ausente en los parientes y antepasados próximos del portador.
- Son extremadamente raros en la población.

En base a la teoría de la evolución de las especies es de esperar que los atavismos que puede presentar un determinado organismo se correspondan con estructuras o funciones de alguno de sus ancestros en el árbol filogenético estándar que hayan sido perdidas progresivamente a lo largo de muchas generaciones. Es decir, ningún organismo podrá presentar una estructura atávica que no haya estado presente previamente en alguno de sus ancestros, por ejemplo, sería imposible la aparición de plumas en un mamífero o pezones en un pájaro.

Existen varios ejemplos que confirman esta predicción, por ejemplo:

- La aparición de "dedos" extras en los caballos modernos similares a los que se encuentran en los fósiles de sus parientes arcaicos, los Mesohippus y los Merychippus.
- La aparición de músculos atávicos en los muslos de ciertas aves.
- La aparición de alas en los insectos conocidos como tijeretas, normalmente carecen de ellas.
- La aparición de dedos extra en cobayas y salamandras.
- La aparición de extremidades traseras en ciertos cetáceos (en la imagen se observa el ejemplo de un delfín).
- La aparición de pezones supernumerarios en humanos.
- La aparición de colas en humanos.

La presencia de auténticas colas dotadas de músculos y vértebras articuladas en un reducido número de recién nacidos y su persistencia en la edad adulta esta bien documentada en la bibliografía médica y resulta de una regresión incompleta de la cola que aparece en todos los fetos humanos. Tal y como se puede deducir de la teoría de la evolución, los genes (Wnt-3a y Cdx1) encargados de la formación de colas en otros vertebrados, como los ratones o algunos simios, han sido identificados también en el genoma humano y según diversos estudios la pérdida de la cola en los simios superiores pudo deberse simplemente a una regulación negativa en la expresión de dichos genes.


domingo, 10 de enero de 2010

Pruebas de la evolución - Los vestigios anatómicos



Prueba 5: Los vestigios anatómicos

Entre las evidencias de la evolución una de las más conocidas es el conjunto de vestigios anatómicos y moleculares carentes de funcionalidad o con funciones muy rudimentarias que se encuentran ampliamente extendidos en la naturaleza. Un vestigio se define como una estructura degenerada o reducida en comparación con una estructura equivalente bien desarrollada en otras especies.

Las alas, por ejemplo, son una estructura anatómica muy compleja específicamente adaptada para volar y esta es la función que realizan en la inmensa mayoría de las especies que las poseen, sin embargo las avestruces presentan alas que no les permiten alzar el vuelo y cuya utilidad ha quedado muy reducida, hasta el punto de poder ser consideradas rudimentarias. Un ejemplo más claro en este sentido lo encontramos con los Casuarios, unas aves cuyas alas apenas son perceptibles desde el exterior ya que su estructura se encuentra casi totalmente "enterrada" bajo la piel.

Otro ejemplo de órganos rudimentarios son los ojos de especies que habitan bajo tierra, en cavernas o en profundidades abisales. Algunas de estas especies presentan ojos más o menos desarrollados pero no funcionales, otras presentan ojos muy reducidos que también carecen de función y algunas poseen ojos degenerados ocultos bajo la carne. Algunos ejemplos son los mamíferos subterráneos con los ojos bajo la piel, la salamandra ciega o el pez Astyanax mexicanus, entre muchos otros.

Lo más relevante es que todas estas estructuras vestigiales pueden ser explicadas en base a la teoría de la evolución y el árbol filogenético estandar. Así por ejemplo, se sabe que las serpientes han evolucionado a partir de reptiles con cuatro patas y eso explica el hecho de que la mayoría de las serpientes del género Python presenten una pelvis vestigial flotando en la cavidad abdominal sin unirse a las vértebras. De hecho, algunos lagartos presentan extremidades vestigiales ocultas bajo la piel.

Otro ejemplo son las alas de los coleópteros. Mientras que algunos géneros del grupo pueden volar otros no pueden ya que presentan las mismas alas que los primeros pero estas están ocultas e inutilizadas bajo unos elitros fusionados.

También los humanos presentamos varias estructuras vestigiales que recuerdan a nuestros ancestros herbívoros, las conocidas muelas del juicio constituyen un tercer molar vestigial que en muchos casos nunca llega a emerger de la encía y en otros muchos casos lo hace con malformaciones o de un modo deficiente, provocando dolor y en ciertos casos el riesgo de infecciones y muerte. El apéndice intestinal es otro ejemplo de estructura vestigial humana, y es el resultado de la reducción progresiva del ciego, la primera porción del intestino grueso, que es mucho mayor en los animales herbívoros para facilitar la digestión de las plantas ingeridas. Un ejemplo aún más claro lo constituye el coxis, compuesto por cuatro vértebras caudales fusionadas y carentes de función precisamente en el lugar donde otros primates presentan colas externas. El coxis es un remanente de la cola que se observa en los embriones humanos y que finalmente es reabsorbida. A pesar de no presentar ninguna función conocida el coxis si es causa de dolor en ciertas personas.

Estos y muchos otros ejemplos de órganos vestigiales inútiles no tendrían ningún sentido si consideramos a las especies como frutos de actos independientes de creación y sin embargo encajan perfectamente con la teoría del ancestro común, las adaptaciones progresivas y la selección natural. También apoyan de un modo importante la filogenia estándar ya que solo encontramos órganos rudimentarios en especies cuyos ancestros o especies afines presentan órganos equivalentes perfectamente funcionales. La teoría de la evolución podría tener dificultades en explicar la presencia de pezones vestigiales en anfibios o aves, o la presencia de plumas o cuernos vestigiales en mamíferos, etc. Hasta el momento no se ha identificado ninguno de estos casos ni ningún otro que no encaje con la genealogía predicha para las especies.

lunes, 4 de enero de 2010

Pruebas de la evolución - Las formas de transición



Prueba 04: Las formas de transición:
Si la teoría de la evolución es cierta y solo hay una única filogenia universal, entonces todos los organismos, tanto los presentes como los pasados, deben encajar en ella. Por lo tanto, esperamos que todos los fósiles puedan ser ubicados de un modo coherente y objetivo dentro del árbol genealógico de las especies.

Cada punto del árbol filogenético en el que nacen dos nuevas ramas representa un ancestro común. Según los criterios morfológicos y bioquímicos las aves están estrechamente relacionadas con los reptiles y compartirían un ancestro común, por otro lado los mamíferos estarían también relacionados con los reptiles por medio de un ancestro común distinto. Según este resultados esperaríamos encontrar formas de transición entre reptiles y aves o entre reptiles y mamíferos pero en ningún caso encontraríamos formas intermedias entre mamíferos y aves. Es decir, si la teoría de la evolución es cierta, podremos predecir que características morfológicas podrán presentar las formas de transición ya extinguidas y cuales no. En base a lo que sabemos de las aves y los reptiles podemos esperar encontrar fósiles similares a reptiles con plumas o similares a aves con dientes, pero no esperamos encontrar fósiles similares a mamíferos con plumas o similares a aves con los huesos del oído medio de los mamíferos.

Una vez más las predicciones basadas en la evolución de las especies se cumplen, se han identificado un gran número de formas de transición entre dinosaurios y aves que permiten observar sin apenas interrupciones las progresivas transformaciones morfológicas que conectan ambos grupos, desde la aparición de los precursores de las plumas hasta la modificación progresiva de las extremidades anteriores, pasando por la perdida paulatina de los dientes. Estas formas de transición están representadas por Eoraptor, Herrerasaurus, Ceratosaurus, Allosaurus, Compsognathus, Sinosauropteryx, Protarchaeopterys, Caudipteryx, Velociraptor, Sinovenator, Beipiaosaurus, Sinornithosaurus, Microraptor, Archaeopteryx (en la imagen), Rahonavis, Confuciusornis, Sinornis y Patagopteryx, entre muchas otras.

También existe una colección de fósiles que ilustran de forma extraordinaria la transición entre reptiles y mamíferos, desde los grupos pelycosauria, therapsida y cynodonta hasta los mamíferos primitivos. En lo que se refiere al esqueleto, una diferencia importante entre reptiles y mamíferos es que los primeros tienen al menos cuatro huesos en su mandíbula inferior y solo uno en su oído medio mientras que los mamíferos tienen un único hueso en la mandíbula inferior y tres en el oído medio. A comienzos del siglo XX se descubrió que dos huesos homólogos en el feto daban lugar a dos huesos de la mandíbula (cuadrado y articular) en los reptiles y a dos huesos del oído interno en los mamíferos (yunque y martillo), lo que sugiere que estos dos huesos del oído interno de los mamíferos evolucionaron a partir de los primeros. Todo este proceso evolutivo esta perfectamente ilustrado mediante una completa colección de formas de transición fosilizadas (Figura inferior).


Uno de los ejemplos más famosos de fósiles de transición es la colección actual de fósiles de homínidos. Basándonos en numerosos análisis filogenéticos el chimpancé es considerada la especie viviente más próxima a los humanos. Por lo tanto, según la teoría de la evolución, debieron vivir en el pasado especies que presentasen morfologías intermedias entre humanos y chimpancés. A lo largo del siglo XX varios descubrimientos paleontológicos espectaculares han identificado los fósiles de varias especies de homínidos que cumplen estas características predichas y que se ilustran de un modo incuestionable en la figura inferior. Los craneos de la figura van desde el chimpancé moderno (A) hasta el hombre moderno (N) pasando por el Australopithecus africanus (B, C), el Homo habilis (D, E), Homo rudolfensis (F), Homo erectus (G), Homo ergaster (H), Homo heidelbergensis (I), el hombre de neandertal (J, K, L) y el hombre de Cro-Magnon (M). Debe quedar claro que esto en ningún caso significa que el hombre proviene del chimpancé, sino que ambas especies comparten un antepasado común.

Del mismo modo han sido identificados ejemplos similares de formas de transición incluso en los casos más extremos, como la evolución de las ballenas y otros mamíferos marinos, como el manatí o el dugongo, a partir de mamíferos terrestres.

Hasta el momento no se ha encontrado ninguna especie fosilizada que represente un estado intermedio entre aves y mamíferos ni ninguna otra transición incoherente con el árbol filogenético estandar basado en la teoría de un ancestro común. Si las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes nada impediría la existencia de dichas formas de vida, animales con plumas y placenta al mismo tiempo, por ejemplo.

Prueba 5: Los vestigios anatómicos

.

martes, 29 de diciembre de 2009

Pruebas de la evolución - La correlación entre filogenias independientes



Prueba 03: La correlación entre filogenias independientes

Si la teoría del ancestro común fuese cierta todas las líneas de evidencias independientes deberían converger en un único árbol filogenético que incluyese a todas las especies en una única genealogía objetiva. Es decir, en la práctica, los árboles filogenéticos de todos los organismos obtenidos mediante criterios de clasificación independientes (morfología, secuencia de proteínas, secuencia de DNA mitocondrial, etc.) deberían coincidir con un elevado índice de significación estadística. Pues bien, el hecho es que así es, los árboles filogenéticos obtenidos a partir de criterios moleculares encajan con una significación estadística extremadamente alta con la filogenia tradicional establecida mediante criterios anatómicos.

El citocromo c constituye un buen ejemplo de criterio molecular independiente de la morfología, ya que realiza una función vital en el transporte y almacenamiento de energía química en las células y por lo tanto se conserva en todas las especies. Existen más de 10 elevado a 38 formas de ordenar 30 grupos taxonómicos en un árbol filogenético (lo que en lenguaje popular serían 100 trillones de trillones de clasificaciones distintas) y el hecho probado es que la filogenia obtenida mediante la comparación de la secuencia del citocromo c en 30 grupos taxonómicos (Figura inferior) es totalmente coherente con la clasificación de estos grupos basada en su morfología.

Si la teoría del ancestro común fuese falsa y las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes este resultado no tendría ningún sentido y habría que atribuirlo a una casualidad (con una probabilidad de 1 entre 100 trillones de trillones). Una casualidad que habría que extender el resto de filogenias moleculares, todas ellas correlacionadas entre si con una significación estadística extremadamente alta. Esta magnífica corroboración de la teoría del ancestro común es lo que se conoce como "jerarquías anidadas gemelas".


.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Pruebas de la evolución - La jerarquía de las especies

Prueba 1: La uniformidad de la vida

Prueba 2: La "jerarquía anidada" de las especies

Según la teoría de un ancestro común, el estado de una población o individuo actual depende directamente de los cambios genéticos producidos en la población o individuo inmediatamente anterior. Esta dependencia entre eventos consecutivos se conoce en matemáticas como cadena de Markov. Esta demostrado matemáticamente que un proceso de tipo markoviano, como la evolución progresiva de las especies, debe dar como resultado una jerarquía anidada, es decir, una organización en la que los grupos de un determinado nivel pueden ser clasificados a su vez en grupos de un nivel superior. Aunque de forma subjetiva casi cualquier cosa puede ser clasificada de un modo jerarquizado, solo aquellos elementos en los que las características de cada generación dependan de la generación anterior pueden clasificarse objetivamente de modo que se obtenga una única jerarquía anidada. Veamos un ejemplo para cada caso:

Los coches: evidentemente los coches pueden ser clasificados siguiendo una jerarquía, podríamos empezar clasificándolos por su fabricante, los de cada fabricante podrían ser clasificados a su vez por su año de fabricación, dentro de los de cada año podríamos hacer una clasificación por colores, y así sucesivamente. Sin embargo, es también evidente que los criterios elegidos para la clasificación son subjetivos, cada persona podría elegir un orden distinto, clasificarlos primero por su color, después por su año de fabricación, etc.

Los idiomas: dado que los idiomas actuales son el fruto de modificaciones progresivas de antecesores comunes, estos pueden ser clasificados generalmente de forma objetiva. No tendría sentido incluir el español en la misma categoría que el alemán pero distinta del portugués. Este sería también el caso de los seres vivos si realmente proceden de un ancestro común.

En resumen, la clasificación de coches, libros, minerales (u organismos cuyas características hubiesen sido asignadas de modo independiente) dará como resultado un número elevado de árboles filogenéticos posibles, mientras que la clasificación de elementos que han ido variando progresivamente a partir de predecesores comunes solo podrán ser clasificados objetivamente en uno o un número muy reducido de árboles filogenéticos muy poco o nada variables.

Pues bien, el hecho es que la inmensa mayoría de las especies actuales pueden clasificarse de un modo muy sencillo siguiendo una jerarquía anidada. Esto es evidente en el uso del esquema de clasificación de Lineo. Basándonos en caracteres derivados compratidos podemos clasificar los organismos estrechamente relacionados en grupos (por ejemplo en géneros), varios géneros podrán ser a su vez agrupados en familias, las familias podrán ser agrupadas en órdenes, y así sucesivamente.

En el ejemplo específico de las plantas, estas pueden ser clasificadas en vasculares y no vasculares (según la presencia o ausencia de xilema y floema). Dentro de las plantas vasculares se encontrarían dos grupos, las plantas con semillas y las plantas sin semillas, dentro del grupo de plantas con semillas "anidarían" otros dos grupos, las angiospermas (semillas encapsuladas) y las gimnospermas (semillas no encapsuladas) y a su vez el grupo de las angiospermas podría dividirse en monocotiledoneas y dicotiledoneas.

Sería un problema para la clasificación objetiva si existiesen especies que combinasen características de grupos "anidados" en categorías distintas. Siguiendo con el ejemplo anterior, algunas plantas no vasculares podrían tener semillas, como las vasculares, pero eso no ocurre. Alguna planta gimnosperma (como los pinos) podría presentar flores, pero no se conoce ningún caso. Podría darse el caso de que algún ave tuviese glándulas mamarias o pelo, o que alguna especie de mamífero presentase plumas, no existen ejemplos para ninguno de los dos casos.

Si fuese imposible o muy difícil clasificar a cada especie siguiendo una jerarquía anidada objetiva (como ocurre con los coches, los libros, los elementos atómicos, los minerales, etc.) la macroevolución podría ser descartada. De hecho, si el árbol filogenético de los seres vivos presentase unos valores estadísticamente bajos respecto a su estructura jerárquica, la teoría del ancestro común podría ser tachada de falsa. Sin embargo, hasta el momento, las más de 1,5 millones de especies conocidas (la mayoría de ellas descubiertas con posterioridad a que Darwin presentase su teoría del ancestro común) encajan correctamente en un patrón jerárquico de clasificación objetiva. Este resultado no tendría ningún sentido si las especies fuesen creaciones independientes.


.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Pruebas de la evolución - La uniformidad de la vida


Las últimas entradas de este blog se han dedicado a rebatir una serie de argumentos a favor del creacionismo de Tierra joven (una creencia religiosa que sostiene que el universo tiene alrededor de 6.000 años de antigüedad). Los interesados en leer la serie de argumentos creacionistas y su refutación científica pueden comenzar en el siguiente enlace.

Una vez evidenciada la ausencia de fundamento científico en los planteamientos creacionistas, pasamos a exponer una serie de hechos probados que demuestran la evolución de todas las formas de vida en la Tierra a partir de un ancestro común gracias a la selección natural. Afortunadamente ya existe un trabajo excelente al respecto en una web imprescindible (enlace), recomiendo su lectura a todos los visitantes de este blog, especialmente a los creacionistas. Dado que este trabajo está en inglés y no todo el mundo podrá entenderlo me limitaré a traducir y resumir cada una de las secciones en las que se divide.

Prueba 1: La uniformidad fundamental de la vida

Según la teoría de un ancestro común, todos los seres vivos modernos somos descendientes de una única forma de vida originada en un pasado remoto (unos 3.000 millones de años). A pesar de la gran variedad de formas de vida actuales (bacterias, animales, plantas, etc.), existen varios criterios fundamentales que caracterizan la vida, estos son (1) la capacidad de replicación, (2) la herencia de caracteres, (3) la catálisis de reacciones bioquímicas y (4) la utilización de energía por medio del metabolismo. Si todas las especies actuales descienden de una única especie original, entonces todas las células actuales deberán compartir los mecanismos y estructuras que intervienen en los procesos básicos para la vida. Esta predicción ha quedado plenamente confirmada por hechos como los siguientes:

- Los polímeros comunes de la vida:

Absolutamente todas las formas de vida estudiadas hasta el momento utilizan los mismos polímeros para realizar sus funciones básicas. Estos son el DNA, el RNA, las proteínas y los polisacáridos, independientemente de la especie y a pesar de que en la práctica se pueden sintetizar cientos de polímeros distintos a estos. De hecho, aunque los componentes de estos polímeros (nucleótidos, aminoácidos y monosacáridos) pueden presentar dos o más formas quirales, todas las células actuales contienen el mismo estereoisómero para cada uno de ellos.

- Las proteínas catalíticas

Para poder llevar a cabo las funciones básicas para la vida se deben catalizar ciertas reacciones químicas. Absolutamente todos los seres vivos estudiados hasta el momento utilizan proteínas (enzímas) para la catálisis de estas reacciones (para un número reducido de reacciones se utiliza RNA, también de forma común en todos los seres vivos). Las proteínas son básicamente cadenas de aminoácidos y, a pesar de que en la naturaleza existen más de 390 aminoácidos distintos, solo 22 de ellos forman parte de todas las proteínas presentes en los seres vivos (los mismos 22 aminoácidos en todas las células actuales).

- Los ácidos nucleicos como soporte de la información genética

Todas las formas de vida conocidas utilizan los mismos polinucleótidos (DNA y RNA) como soporte para la información genética que se transmite de una generación a otra. La replicación de todas las células se basa en la duplicación del DNA. El DNA esta formado exclusivamente por cuatro nucleótidos comunes para todos los organismos vivos conocidos, a pesar de que en la naturaleza existen más de 100 nucleótidos distintos.

- El código genético universal

Debe existir un mecanismo para traducir la información contenida en el DNA a proteínas que realicen las funciones básicas de la célula. Todos los organismos conocidos hasta la fecha utilizan el mismo código para traducir a proteínas la información contenida en los ácidos nucleicos (este código universal aparece en la ilustración de esta entrada). Existen raras excepciones a este código universal consistentes en sutiles variaciones del mismo (en apenas 1 o 2 de los 64 codones posibles) en un reducido grupo de microorganismos. El hecho de que el código sea universal y este formado por tripletes no solapantes fue predicho con anterioridad a su descodificación en base a un razonamiento evolucionista, todas esas predicciones resultaron ser ciertas (incluidas las pequeñas variaciones en grupos filogenéticos muy distantes). Si todas las formas de vida provienen de un ancestro común el código debe conservarse en el tiempo, dado que cualquier cambio significativo en el mismo alteraría todas las proteínas y sería incompatible con la vida. Sin embargo, si cada especie o cada gran grupo taxonómico (mamíferos, artrópodos, plantas fenerógamas, etc.) fuesen creaciones independientes no habría razón alguna por la cual tuvieran que compartir dicho código.

- El metabolismo común

Todos los organismos conocidos utilizan rutas y enzimas metabólicas extremadamente similares, cuando no las mismas, para obtener la energía acumulada en determinadas moléculas. Por ejemplo, los sistemas metabólicos fundamentales de todas las células son la glucólisis, el ciclo de ácido cítrico y la fosforilación oxidativa. En todas las células eucariotas y en la mayoría de las procariotas la glucólisis se produce en los mismos diez pasos, en el mismo orden y usando las mismas enzimas, a pesar de que existen miles de rutas alternativas para la glucólisis con el mismo rendimiento energético, lo mismo ocurre con el ciclo del ácido cítrico o la fosforilación oxidativa. Además, la unidad básica de almacenamiento de energía, la adenosina trifosfato (ATP), es la misma en todas las especies conocidas a pesar de que se obtendría el mismo resultado utilizando alguna de las cientos de moléculas alternativas.

Encontrar alguna forma de vida que utilice un polímero distinto al ADN o el ARN para codificar su información genética, que traduzca la información de estos polímeros siguiendo un código distinto al que conocemos, que presente una quiralidad alternativa en los componentes de sus macromoléculas u obtenga y almacene su energía mediante rutas y moléculas distintas a las que hasta ahora aparecen como universales podría ser un argumento en contra del origen común y la evolución de las especies. Hasta el momento no se ha encontrado ninguna.

.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - La población de la Tierra

Y terminamos rebatiendo el último de los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

La población de la Tierra.

Argumento creacionista (resumido): "Si es verdad que la raza humana se ha estado multiplicando por un mínimo de un millón de años ¿Dónde está toda la gente?. La Biblia revela que el hombre se ha estado multiplicando en la tierra por unos 6,000 años, y más específicamente desde el tiempo del Diluvio, lo cual nos dejaría unos 5,000 años, aproximadamente. Si la duración de una generación después del diluvio es de 40 años y si el promedio del crecimiento de la población, tal y como la estiman los expertos, es de 2% en estos momentos, y si una familia promedio ha tenido 2.3 niños cada una (esto considerando la mortalidad infantil, las guerras, las plagas, desastres naturales, etc.), entonces tendríamos el sorprendente resultado de que en 4,300 años a partir del diluvio del Noé y hasta hoy habrían en la tierra un aproximado de 5,200 millones de personas. Esto es sorprendente, considerando que tomamos siempre el mismo promedio de reproducción por familia y que hoy día (octubre 29, 1999), la Oficina Nacional de Estadísticas de la ONU acaba de celebrar el nacimiento del niño en Bosnia que eleva la población mundial a 6,000 millones de habitantes. O sea, que el dato bíblico no es descabellado en lo absoluto. Pero ahora pasemos a la proposición creacionista: Si hace un millón de años el Sr. y la Sra. Zinjantrhopus produjeron 2.3 niños, y si la duración de una generación era de 40 años, y si uno resta aquellos que pudieron haber muerto en cada generación, y si usamos las mismas estadísticas que usamos en el cálculo bíblico, entonces ¡LA POBLACIÓN DE LA TIERRA DEBERÍA SER DE 10 elevado al 1,800¡ Para aquellos que no son matemáticos, esta cifra significa que al 10 usted debe colocarle 1,800 ceros al lado."

Respuesta científica: Una vez más nos encontramos ante un ejemplo claro de manipulación o tal vez de ignorancia absoluta. Se parte de la premisa de que el ritmo de crecimiento de la población ha sido constante durante 5.000 años, lo cual es totalmente falso, y no solo eso, sino que el ritmo supuestamente constante elegido por el autor creacionista es ni más ni menos que el 2%, cuando este porcentaje solo se ha alcanzado en la historia de la humanidad durante apenas una década (entre los años 1965 y 1975), constituye su máximo histórico y no ha dejado de reducirse desde entonces (actualmente es casi la mitad). Por lo tanto, la elección de un ritmo de crecimiento del 2% es arbitraría y absolutamente desproporcionada, de hecho, el ritmo de crecimiento medio estimado con anterioridad a la revolución industrial (siglo XIX) es del 0,123 % y el crecimiento previo al desarrollo generalizado de la agricultura sería cero.

Si diésemos por bueno el ritmo de crecimiento constante del 2% (algo totalmente ridículo) a partir de los 8 supuestos supervivientes del diluvio mitológico obtendríamos que la población actual (5.o00 años después) debería ser de 8 elevado a 43:

P = 8 x (1,02 elevado a 5.000)

o lo que es lo mismo, y dicho en el lenguaje de los creacionistas, 80 trillones de cuatrillones de personas. Esta claro que sigue siendo una cifra absurda fruto de unas suposiciones absurdas (por muchas guerras y epidemias que quisieran poner por medio). En 1925 el autor creacionista William Williams hizo un cálculo igualmente ridículo pero que conseguía cifras más verosímiles, su argumento consistía en que, según los textos bíblicos, la población mundial después del diluvio se duplicaría cada 168 años. Según sus cálculos la población mundial habría comenzado a multiplicarse a partir de Noé 5177 años antes y por lo tanto la población en 1925 sería de unos 1.890 millones de personas, 2 elevado a (5177 : 168), lo cual encajaba sospechosamente bien con la población mundial en aquel momento. Sin embargo, cuando uno manipula las cifras para obtener el resultado deseado se olvida de ciertos detalles, siguiendo el modelo de Williams obtendríamos cifras absurdamente pequeñas en determinados momentos históricos (o incluso bíblicos):

- En el momento de la construcción de las piramides de Giza (hace aproximadamente 4.500 años) la población mundial sería de unas 23 personas.

- Hace 3.450 años, cuando los creacionistas calculan que Moisés guiaba a más de 600.000 judíos en su éxodo desde Egipto, la población mundial sería de unas 1.700 personas.

- Hace 2.500 años, durante las guerras entre griegos y persas la población mundial sería de 88.000 personas (solo el ejercito persa ya estaba compuesto por cientos de miles de soldados)

- Hace poco más de 2000 años, en el momento del supuesto nacimiento de Cristo, la población mundial según el modelo de Williams sería de unas 600.000 personas (solo el imperio romano ya tenía por aquel entonces decenas de millones de habitantes).

Del mismo modo que ocurre con un gran número de especies en la naturaleza, es de esperar que el número de seres humanos se mantendría en niveles más o menos constantes durante decenas de miles de años previos al desarrollo de la agricultura. Este hecho y el constante avance de la tecnología habrían permitido incrementar progresivamente la esperanza de vida y el ritmo de crecimiento de la población, que aún así habría seguido siendo muy reducido hasta dispararse tras la revolución industrial.

Argumento anterior: El tiempo

jueves, 10 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - El tiempo


Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

El tiempo necesario para la evolución:

Argumento creacionista: "La evolución enseña que la vida comenzó de más o menos 2,5 a 3,5 millones de años, cuando un accidente remotamente probable sucedió, y gradualmente se ha desarrollado a través de una serie de COINCIDENCIAS REMOTAS en acontecimientos fortuitos y al azar, en un proceso que no fue planificado por nadie. [...] Pues, a través del tiempo y a través de un proceso llamado selección natural, una célula se dividió y se convirtió en dos células, y así sucesivamente hasta que llegó el hombre. Pero, ¿Es la cantidad de tiempo que se imaginan los evolucionistas suficiente para el lento proceso que ellos creen que ha causado las condiciones presentes y las formas de vida que hoy existen? [...] De acuerdo con las computadoras del Instituto Tecnológico de Massachusetts, esta proposición no es realista en lo absoluto. Las computadoras calcularon que si los cambios que los evolucionistas sugieren ocurrieran cada segundo [...], todavía no hubiese tiempo suficiente para que una simple célula hubiese cambiado a un organismo complejo como lo es el hombre, ni si para que tal cambio ocurriese se le diera a esa única célula 10,000,000,000 de años. Esta cantidad de tiempo es mayor del doble del tiempo que los evolucionistas le dan ¡a todo el universo! Solamente una inteligencia suprema pude causar o ser la fuente de la existencia de tal complejidad como la que demuestran los organismos vivos, tales como el hombre en tan corto lapso."

Respuesta científica: Este argumento creacionista comienza y termina con dos errores de magnitudes astronómicas. El autor afirma que los científicos creen que la vida comenzó hace unos 3 millones de años, cuando en realidad los científicos calculan que la vida se originó hace 3 mil millones de años, una cifra mil veces superior. El autor termina diciendo que 10 mil millones de años es más del doble de la edad que los científicos dan al universo, cuando en realidad la edad calculada científicamente se estima en más de 14 mil millones de años. Como en ocasiones anteriores, vamos a dar ventaja a los creacionistas y a pensar que estos errores son solamente de carácter tipográfico.

Desconozco en que consisten los cálculos citados por el autor creacionista, ya que no aporta ningún dato concreto, pero me resulta curioso que un resultado de ese tipo se haya obtenido en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el mismo instituto que este año esta celebrando el bicentenario de Darwin (enlace). En cualquier caso, supongo que los trabajos a los que se refiere el autor están relacionados con los postulados de Henry Morris, el fundador del Instituto para la Investigación de la Creación (ICR) y padre del creacionismo moderno. Su argumento se puede resumir en que las mutaciones son necesarias para la evolución, sin embargo, las mutaciones son muy escasas en la naturaleza. Morris calcula, por ejemplo, que si una determinada característica funcional necesita de 200 mutaciones beneficiosas la probabilidad de que esta aparezca será de r elevado a 200 (donde r es el ratio de mutaciones beneficiosas). Según los cálculos de Morris, si una de cada dos mutaciones fuese beneficiosa (r = 0,5), lo cual estaría muy por encima del ratio real, la probabilidad de que se acumulasen dichas mutaciones sería inferior a una de cada 10 elevado a 60, es decir, prácticamente imposible. Sin embargo, y como ya es costumbre, los cálculos creacionistas parten de una premisa falsa, los cálculos de Morris presuponen que las 200 mutaciones beneficiosas deben tener lugar de forma consecutiva sin que pueda haber ninguna mutación de otro tipo entre ellas, algo totalmente ridículo en base a lo que sabemos de genética. Si eliminamos esa premisa infundada nos encontramos con que, según el absurdo modelo de Morris, 200 mutaciones beneficiosas a un ratio de 0,5 pueden acumularse en apenas 400 generaciones, algo que para una bacteria supondría unas horas, para una mosca unos 5 años y para un humano unos 8000 años, unos tiempos ridículamente pequeños desde el punto de vista de la evolución. En cualquier caso, estos cálculos implican tal grado de reduccionismo que no tienen ninguna validez. Si tenemos en cuenta factores como el tamaño de las poblaciones, la recombinación sexual y otros procesos implicados en la variabilidad genética la acumulación de mutaciones se produce a un ritmo razonablemente alto y perfectamente consistente con la evolución de las especies.

Argumento anterior: La velocidad de la luz.
Argumento posterior: La población de la Tierra.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - La velocidad de la luz

Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

La Velocidad de la Luz:

Argumento creacionista: "¿Cómo es que si la luz, proviniendo de galaxias tan distantes que se encuentran a millones de años luz de distancia alcanzan nuestro planeta, si la creación sucedió hace tan sólo 6,000 años? Esta es una pregunta que los evolucionistas han usado para apabullar a muchos expositores "evolucionistas" (¿? supongo que aquí el autor quería decir "creacionistas"). Pero yo les pido a nuestros lectores que consideren lo siguiente: Nosotros le servimos a un Dios todopoderoso para quien nada es difícil. Cuando Dios creó al hombre, aunque el hombre solamente tenía unos minutos de haber sido creado, el hombre lucía maduro y tenía la apariencia de un hombre de muchos años. [...] Dios tiene la habilidad de crear cosas con la apariencia de vejez. Por tanto, cuando Dios creó las estrellas y las arrojó al espacio sideral, las olas luminosas pudieron haber sido creadas completamente extendidas, dando la apariencia de que tanto ellas como la luz que irradian habían estado viajando por miles de años."

Respuesta (En este caso la respuesta no puede ser calificada de científica porque el argumento que pretendemos rebatir no tiene nada que ver con la ciencia): La velocidad de la luz (unos 300.000 km por segundo) es un hecho, y lo es hasta tal punto que no lo niegan ni los creacionistas, tan aficionados a desmentir hechos. Sin embargo, hay que hacer notar que los creacionistas caen en este asunto en una contradicción fundamental, después de no se cuantos inútiles esfuerzos por demostrar que la simple observación del universo demuestra que es un universo joven nos vienen ahora con que Dios creó el universo con la intención de que aparentase tener miles de millones de años de antigüedad, desacreditando de este modo sus propios argumentos anteriores. Con esta forma de "razonar" los creacionistas no dejan el más mínimo espacio a la ciencia, ninguna prueba científica tendría por que ser tomada en serio ya que todas y cada una de ellas podrían ser un engaño diseñado por Dios para despistarnos. Ellos son muy libres de creer en eso, pero si esa es su forma de pensar deberían dejar de llamarse a si mismos científicos y de referirse a sus argumentos como pruebas científicas.

Argumento siguiente: El tiempo.

martes, 1 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - El polvo espacial y los cometas


Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

El Polvo Espacial:

Argumento creacionista (errores gramaticales del original): "Las partículas del polvo espacial son prácticamente chupadas por el sol. En otras palabras, el sol atrae estas partículas de todo su alrededor. En apenas 4,500 millones de años, el sol hubiese atraído partículas de hasta 3 pulgadas de diámetro suficientes para haberse amontonado hasta llegar a Júpiter. Sin embargo, una gran cantidad de partículas de polvo espacial aún permanece salva de la succión del sol a través de todo el universo."

Respuesta científica: El autor creacionista se esta refiriendo en este caso al efecto Poynting-Robertson. Se trata de un proceso por el cual la absorción de radiación solar provoca que las partículas que orbitan al rededor del Sol se aproximen a este describiendo una trayectoria espiral. Referirse al efecto Poynting-Robertson como si fuese la única fuerza del universo sin tener en absoluto en cuenta los muchos otros factores implicados es un nuevo ejemplo de la absoluta manipulación creacionista y de su nulo sentido científico. El autor omite, por ejemplo, que la presión de radiación del Sol provoca que las partículas más pequeñas se alejen del sistema solar, ya que su efecto supera con creces al de la radiación absorbida. El efecto repulsivo del Sol sobre ciertas partículas se hace evidente cuando observamos la cola de los cometas, en las que se liberan al espacio nuevas partículas de polvo espacial que se extienden millones de kilómetros en dirección opuesta al Sol. También ignora el autor creacionista el efecto de la gravedad de los planetas sobre las partículas de polvo espacial, algo que puede mantenerlas en órbita por tiempo indefinido. Este también es un buen ejemplo de la obsesión de los creacionistas con un universo inmóvil, tengo que recordarles que el universo es un sistema en movimiento, el paso de los cometas cerca del Sol y la colisión de asteroides liberan constantemente al espacio nuevas partículas de polvo que sustituyen a las que son destruidas.

Los cometas:

Argumento creacionista: "Los cometas generalmente se rompen y son atraídos o chupados por el sol después de aproximadamente 10,000 años de edad, esto según estudios realizados por famosos científicos evolucionistas. Pues el hecho de que hoy todavía existan cometas, ¡significa que su edad es menor de 10,000 años!. Se considera que los cometas tienen la misma edad que el Sistema Solar, esto también de acuerdo a las teorías evolucionistas. ¡Pues si la edad de los cometas es menor de 10,000 años, la edad del sol también debe ser menor de 10,000 años!"

Respuesta científica: Efectivamente, cada vez que un cometa se aproxima al Sol pierde gran parte de su masa por evaporación y tras un número variable de aproximaciones termina por desaparecer. La duración de la vida de un cometa dependerá de su tamaño y se estima en decenas de miles de años. Llegados a este punto ¿y eso qué? ¿quién dice que los cometas que desaparecen no son reemplazados por otros nuevos?. Hoy en día los astrónomos saben que al rededor del sistema solar existen miles de millones de potenciales cometas agrupados en los conocidos como cinturón de Kuiper y Nube de Oort. Algunos de estos potenciales cometas son "lanzados" cada cierto tiempo hacia el Sol a causa de perturbaciones gravitacionales.

Argumento anterior: El Sol y la Luna.
Argumento siguiente: La velocidad de la luz.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Desmontando el creacionismo - El Sol y la Luna


Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

El sol:

Argumento creacionista (errores gramaticales del original): "Se ha demostrado que el sol se está encogiendo, o sea, reduciendo en tamaño. Si uno proyecta esta reducción retroactivamente en el tiempo, hace tan sólo un millón de años en el pasado, el sol hubiese IMPOSIBILITADO LA VIDA EN LA TIERRA. Debido a su gran tamaño y a la cantidad de radiación que proviene del sol, la vida no pudiese existir en la tierra. ¡Así que el sol no puede ser mayor de 1 millón de años!"

Respuesta científica: Aquí encontramos dos errores importantes, el primero es que en realidad nunca se ha demostrado que el Sol esté encogiendo, se trata más bien de una leyenda creacionista basada en un resumen publicado en 1980 en el que se sugería esa idea, todos los estudios que se han hecho desde entonces hasta hoy coinciden en calificar esa sugerencia de errónea y descartan un encogimiento progresivo del sol, es más, el artículo completo correspondiente a dicho resumen nunca llegó a ser publicado. Es muy ilustrativo, sin embargo, ver el modo de trabajar del creacionismo, agarrarse a un clavo ardiendo, a un error anecdótico y rechazar de plano un número masivo de resultados en su contra.

Pero incluso aceptando su método, ofreciéndoles una considerable ventaja y dando por bueno un resultado científicamente desacreditado, nos encontramos con otro error, la obsesiva tendencia de los creacionistas a la extrapolación continua y lineal. El hecho de que el sol estuviese encogiendo en la actualidad, cosa que no ocurre, no tendría por que significar que lleva encogiendo desde su origen, esa sería una asunción totalmente gratuita, similar a la de la reducción del campo magnético terrestre. De hecho, en base a lo que sabemos del sol sería posible que presentase ligeros cambios cíclicos en su tamaño en ambos sentidos, cortos periodos de ligera contracción seguidos de cortos periodos de ligera expansión sin que se haya podido registrar hasta el momento una diferencia significativa en su tamaño medio.

El Origen de la Luna:

Argumento creacionista (errores gramaticales del original): "Un detalle curioso con respecto a la luna es que en el sistema tierra - luna, la luna es mucho más grande que lo que debería ser un satélite con respecto a su planeta madre. La luna es 1/3 menos densa que la tierra, lo que significa que la luna no provino del mismo material (o del mimo desperdicio cósmico resultado del Big Bang). La tierra no pudo haber capturado a la luna mientras la misma se encontraba divagando y buscando la órbita que, según los evolucionistas, al azar hoy ha encontrado. Si esto hubiese sucedido, ¡la luna hubiese despedazado la tierra! ¡LA COMUNIDAD CIENTÍFICA NO POSEE UNA EXPLICACIÓN ACEPTABLE PARA EL ORIGEN DE LA LUNA!"

Respuesta científica: Si bien es cierto que la relación entre los tamaños de la Tierra y la Luna (3,6 : 1) es significativamente superior a la media del sistema solár, no es un hecho aislado ni extraordinario, ni mucho menos el incumplimiento de un "deber". La relación Tierra-Luna es superada, por ejemplo, por la relación de tamaños entre Plutón y Caronte (2 : 1). En cuanto al origen de la Luna existen varias hipótesis (enlace 1, enlace 2) que parten de escenarios más o menos probables pero todos ellos posibles. La hipótesis de un gran impacto es la más aceptada en la actualidad, ya que encaja con la composición y densidad de la Luna, además de con las órbitas y el momento angular del sistema Tierra-Luna, es por lo tanto una explicación perfectamente aceptable. En cualquier caso, a pesar de sus posibles inconvenientes, no existen motivos suficientes para descartar del todo otras hipótesis, es falso, por ejemplo, que la hipótesis de la captura implique que la Luna hubiese despedazado la Tierra. Sin embargo, sí existen suficientes argumentos que permiten descartar de modo definitivo otro tipo de hipótesis, entre otras, la creación según el génesis o la existencia del diluvio bíblico.

Argumento anterior: El delta del Mississippi.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Desmontando el creacionismo - El delta del Mississippi


Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

Argumento creacionista: "La formación de la Delta del Mississipi requiere solamente 5.000 años. Esta edad se obtiene dividiendo el peso de los sedimentos depositados anualmente entre el peso total de los sedimentos de la delta."

Respuesta científica: En primer lugar habría que aclarar que lo que se esta datando es la edad de un accidente geográfico que nada tiene que ver con la edad de la Tierra. Una vez más los creacionistas parten de una premisa totalmente falsa, la de una geografía estacionaria. Es por todos conocido, y está sobradamente demostrado, que el curso de los ríos ha variado con el tiempo, la edad que uno puede estimar a través de los sedimentos es solamente la edad del delta actual, pero el río Mississippi ha tenido decenas de deltas distintos a lo largo de millones de años, de hecho, los sedimentos del río se extienden centenares de kilómetros hacia el interior del continente, desde el Estado de Illinois hasta la desembocadura actual, todo ese lecho de sedimentos es el fruto de sucesivos deltas del río. Para darse cuenta de la variabilidad del curso de un río no hace falta irse muy lejos ni en el tiempo ni en el espacio, hace tan solo 54 años, en 1955, se produjo la conexión entre el río Mississippi y el cercano río Atchafalaya, este hecho provocó que gran parte de la corriente del Mississippi fluyese hacia el golfo de México a través del Atchafalaya, lo que con el tiempo habría provocado el desvío de toda la desembocadura hacia el oeste del delta. Para evitar esta y otras alteraciones del curso del río los ingenieros del ejército estadounidense han construido varias esclusas en distintos puntos del Mississippi (en la web de una de ellas, la del old river lock, se hace referencia ha ese acontecimiento).

Argumento anterior: La Tierra
Argumento siguiente: El Sol y la Luna