viernes, 31 de julio de 2009

Noticia: Muere una testigo de Jehová al negarse a recibir una transfusión de sangre


Se negó a recibir una transfusión de sangre por ser testigo de Jehová. Recién accidentada y con una hemorragia peritoneal y laceraciones en el hígado y el bazo, escribió conscientemente un documento de voluntades anticipadas en el que rechazaba cualquier tipo de transfusión de hematíes. [...] Una sentencia del Tribunal Supremo de 14 de abril de 1.993 dispone que "la libertad religiosa, reconocida como derecho fundamental en el artículo 16 de la Constitución española y regulada por la Ley Orgánica 7/80, de 5 de julio, obviamente ampara la decisión del beneficiario de la Seguridad Social que no acepte el tratamiento médico por sus servicios indicado, cuya coactiva realización, indudablemente supondría una vulneración flagrante de tal derecho. [...] El motivo del rechazo de las transfusiones está en la interpretación de los testigos de Jehová de algunos versículos de la Biblia, como el Levítico 3:17: "Éste será un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones. En cualquier lugar que habitéis, no comeréis nada de sebo ni nada de sangre", o Hechos 15:29:"que os abstengáis de cosas sacrificadas a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación. Si os guardáis de tales cosas, haréis bien. Que os vaya bien".

Fragmento del artículo de Ángeles Lucas en El País.com

miércoles, 29 de julio de 2009

El pensamiento mágico


En el pueblo en el que suelo pasar mis vacaciones se suele sacar en procesión, creo que el domingo de resurrección, una figura que representa al personaje de la virgen María. Durante la procesión la figura va vestida de luto pero, al final de la misma, se le retira el manto negro y aparece vestida de blanco debido a la noticia de la resurrección de su hijo. Recuerdo que hace algunos años estaba en el lugar donde termina la procesión y vi todo el ritual, casualmente, en el mismo momento en el que retiraban el manto negro comenzó a nevar y escuché a una señora comentar que era una señal. Sí, durante esas vacaciones había nevado prácticamente todos los días, pero para esa señora, y estoy seguro que para muchos otros de los feligreses, en aquella ocasión era una señal divina. En eso mismo consiste el pensamiento mágico, en llegar a conclusiones no científicas y carentes de fundamentos lógicos que suelen incluir la relación causal entre pensamientos, creencias, oraciones o ritos mágicos (o religiosos, que vienen a ser lo mismo) con acontecimientos en el mundo físico.

Ese ritual del velo se realiza cada año en un gran número de pueblos, y en la práctica totalidad de las ocasiones no pasa nada, pero si un día nieva, sale el sol, canta un pájaro o se ve un relámpago será sin duda una señal divina. Obviamente el instante en el que comienza a nevar, a llover o cae un rayo en un pueblo coincide con un sin fin de acontecimientos, en ese mismo instante y ese mismo pueblo alguien pulsó el timbre de un portal, subió el volumen de la televisión o cambió de canal, marcó un número de teléfono o puso en marcha el microondas... pero ninguno de ellos relacionó el hecho de pulsar un botón con el hecho de que comience a nevar o llover, sin embargo, si esa acción incluye algo a lo que hemos atribuido algún poder sobrenatural estaremos predispuestos a encontrar una relación causa-efecto por ilógica que sea. De hecho, nuestra tendencia al pensamiento mágico es algo innato, relacionado con la forma en la que funciona nuestro cerebro y es sujeto de estudio en psicología, antropología y otras ciencias. ¿Quién no se ha sorprendido a si mismo reflexionando sobre lo que dice su horóscopo o el mensaje de una galleta china aunque sepamos con certeza absoluta que son predicciones arbitrarias carentes de fundamento? ¿Quien no ha tenido la sensación de que solo llueve los fines de semana o que siempre empieza a llover en cuanto abrimos la puerta de casa?

En definitiva, las religiones no dejan de ser un tipo de pensamiento mágico, y al igual que el horóscopo, las galletas chinas, las supersticiones sobre gatos negros y espejos rotos, o la lluvia que parece tener el propósito de estropearnos el fin de semana, es un pensamiento sin fundamento que deberíamos descartar en cuanto aplicamos el sentido común.

martes, 28 de julio de 2009

George Bernard Shaw (Escritor y premio Nobel irlandes)


"El hecho de que un creyente sea más feliz que un escéptico no es más cierto que el hecho de que un borracho sea más feliz que un hombre sobrio. La felicidad basada en la credulidad es una cualidad barata y peligrosa."

domingo, 5 de julio de 2009

Elías y Eliseo


Aquí os dejo otro par de fragmentos del Antiguo Testamento que nos siguen recordando la bondad, pureza y perfección infinita del dios de judíos, cristianos y musulmanes. Estas tres religiones veneran a esta pareja de profetas, Elías y Eliseo:

2 Reyes 1:9-15

El rey envió a un oficial con sus cincuenta hombres para buscar a Elías. Cuando él subió a buscarlo, lo encontró sentado en la cumbre la montaña, y le dijo: «Hombre de Dios, el rey ha dicho que bajes». Elías respondió al oficial: «Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore, a ti y a tus cincuenta hombres». Y bajó fuego del cielo y lo devoró, a él y a sus cincuenta hombres. El rey le volvió a enviar otro oficial con sus cincuenta hombres. Este tomó la palabra y dijo a Elías: «Hombre de Dios, así habla el rey: Baja en seguida». Elías le respondió: «Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore, a ti y a tus cincuenta hombres». Y bajo fuego del cielo y lo devoró, a él y a sus cincuenta hombres. El rey volvió a enviar a un tercer oficial con sus cincuenta hombres. El tercer oficial subió y, al llegar, se puso de rodillas frente a Elías y le suplicó, diciendo: «Hombre de Dios, por favor, que mi vida y la vida de estos cincuenta servidores tuyos tengan algún valor a tus ojos. Ya ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos oficiales anteriores con sus cincuenta hombres. Pero ahora, ¡que mi vida tenga algún valor a tus ojos!». El Angel del Señor dijo a Elías: «Baja con él, no le temas». Elías se levantó, bajó con él a presentarse ante el rey.

2 Reyes 2:19-25

La gente de la ciudad dijo a Eliseo: «El sitio donde está emplazada la ciudad es bueno, como mi señor puede ver; pero el agua es malsana y la tierra estéril». Eliseo dijo: «Tráiganme un plato nuevo y pongan en él un poco de sal». Cuando se lo trajeron, Eliseo se dirigió al manantial y echó allí la sal, diciendo: «Así habla el Señor: Yo saneo estas aguas; ya no saldrá de aquí muerte ni esterilidad». Y las aguas quedaron saneadas hasta el día de hoy, conforme a la palabra pronunciada por Eliseo. Desde allí subió a Betel. Mientras iba subiendo por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: «¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!». El se dio vuelta, los vio y los maldijo en nombre del Señor. Entonces salieron del bosque dos osos, que despedazaron a cuarenta y dos de esos jóvenes. Desde allí se dirigió al monte Carmelo, y luego volvió a Samaría.

Menuda mala leche se gastaba la parejita, y con dios de matón ¿o no?

miércoles, 1 de julio de 2009

Una mitología como otra cualquiera


La mitología egipcia, la mitología escandinava, la mitología japonesa, la islámica, la hinduista, la sumeria, la celta, la inca, la zulu, la masai, la iroquesa, la polinesia y decenas de mitologías más, cada cual con sus peculiaridades, sus dioses, sus héroes, sus batallas. Todos los pueblos que hay y ha habido sobre al tierra han tenido y tienen distintas mitologías, el pueblo judío no es ninguna excepción. Por favor, utilicemos simplemente el sentido común, las historias recogidas en la Biblia son una mitología más, la creada hace miles de años por un pueblo de oriente próximo, una mitología como cualquier otra. ¿Qué hace que la mitología judía sea especial? ¿por qué creernos esa mitología y no otra? El pueblo judío se limitó a hacer lo que han hecho todos los pueblos a lo largo de la historia. Así de simple. Dejemos de basar nuestra idea del mundo en mitologías, demos el paso de una vez por todas, lo que hoy denominamos religiones son solo eso, mitologías. Disfrutémoslas como entretenimiento literario, conozcámoslas como parte de nuestro pasado y nuestra tradición, pero por favor, no nos las tomemos en serio.

En la mitología griega, según se recoge en la Teogonía de Hesiodo, en el origen solo existía el Caos, del que surgieron Gea (la Tierra), el Tártaro (el inframundo), Eros (el amor), Érebo y la Noche, y a partir de ellos surgen generaciones de titanes, dioses, ninfas y monstruos varios. En Trabajos y días, también de Hesiodo, se nos cuenta como Zeus creó en primer lugar una estirpe de hombres dorados que vivían sin preocupaciones y que no envejecían, estos hombres fueron sepultados por la Tierra, pero Zeus los convirtió en dioses protectores de los mortales. Los dioses crearon entonces una nueva raza de hombres de plata, mucho peores que los primeros en apariencia e inteligencia y que fueron finalmente convertidos en genios subterraneos por Zeus al descuidar el culto a los dioses. Existió una tercera raza de hombres, de bronce, que se destruyó a si misma a causa de su incontrolada fuerza y violencia. En cuarto lugar crearon los dioses a una estirpe de héroes justos y virtuosos, los que precedieron a los hombres actuales, que incluye a guerreros y reyes mitológicos, como Aquiles o Príamo, y participaron en grandes batallas donde los dioses decidían el vencedor, como la guerra de Troya, o en aventuras llenas de fenómenos sobrenaturales, como la Odisea de Ulises.

En la mitología judía y cristiana, dios crea el universo en seis días, si bien el orden en el que crea cada elemento varía según el capítulo del génesis que usemos como referencia. dios crea primero a un hombre utilizando barro y después , a partir de una costilla suya, crea a una mujer, la descendencia de esta primera pareja poblará toda la tierra hasta que dios se arrepiente de haberlos creado y decide destruir a toda la humanidad mediante un diluvio del que solo salvará a un elegido, Noé, y su familia. Los hijos de Noé y su descendencia se reparten por el mundo y de ellos proceden todos los seres humanos actuales. La mitología judía y cristiana también incluye héroes, reyes y personajes mitológicos como Moisés, David o Abraham. Se narran aventuras llenas de fenómenos sobrenaturales como el éxodo desde Egipto, acontecimientos mágicos, como los milagros de Jesús, grandes batallas en las que dios ayudaba al vencedor, como Jericó, y seres fantásticos como ángeles, demonios y los nefilim o gigantes (Génesis 6:4; Números 13:33; Sabiduría 14:6; Eclesiástico 16:7, Baruc 3:26).

En la mitología azteca y otras culturas mesoamericanas, en el origen existían el dios Tonacatecuhtli y la diosa Tonacacihuatl, los cuales tuvieron cuatro hijos, Tezcatlipoca rojo, Tezcatlipoca negro, Quetzalcoatl y Huitzilopochtli. Tezcatlipoca negro era omnipresente y conocia todos los pensamientos de los hombres, Huitzilopochtli nació sin carne, con los huesos al descubierto. Tras un largo periodo en el que los dioses no hicieron nada, los cuatro hijos de la primera pareja de dioses se reunieron y decidieron crear el fuego, después crearon el Sol. Crearon también los cielos partiendo del mas alto, el decimotercero, que existía previamente, a continuación crearon el agua. La Tierra se formó a partir de los pedazos de una diosa del cielo desmembrada por dos serpientes. Los dioses crearon primero a los seres humanos de barro, pero se deshacían, por lo que con la ayuda de más dioses crean a nuevos hombres de madera, pero no consiguen que tengan alma, por lo que uniéndose mas dioses a la tarea crean finalmente a los seres humanos actuales a partir del maíz.

Todos los pueblos de la tierra tienen o han tenido su propia mitología, historias fantásticas con dioses, héroes y seres imaginarios con las que se pretendía y pretende explicar el origen del universo y de la vida. Cuanto más próximos son dos pueblos más similares son sus mitologías, bien por el contacto e intercambio cultural entre ellos, bien por las similitudes existentes en su entorno. Los incas hablan del levantamiento de los Andes, los aztecas y mayas de la creación del hombre a partir del maíz, para los antiguos griegos los dioses vivían en el monte Olimpo, cada uno desarrolla sus mitologías a partir de los elementos que les rodean.