martes, 29 de diciembre de 2009

Pruebas de la evolución - La correlación entre filogenias independientes



Prueba 03: La correlación entre filogenias independientes

Si la teoría del ancestro común fuese cierta todas las líneas de evidencias independientes deberían converger en un único árbol filogenético que incluyese a todas las especies en una única genealogía objetiva. Es decir, en la práctica, los árboles filogenéticos de todos los organismos obtenidos mediante criterios de clasificación independientes (morfología, secuencia de proteínas, secuencia de DNA mitocondrial, etc.) deberían coincidir con un elevado índice de significación estadística. Pues bien, el hecho es que así es, los árboles filogenéticos obtenidos a partir de criterios moleculares encajan con una significación estadística extremadamente alta con la filogenia tradicional establecida mediante criterios anatómicos.

El citocromo c constituye un buen ejemplo de criterio molecular independiente de la morfología, ya que realiza una función vital en el transporte y almacenamiento de energía química en las células y por lo tanto se conserva en todas las especies. Existen más de 10 elevado a 38 formas de ordenar 30 grupos taxonómicos en un árbol filogenético (lo que en lenguaje popular serían 100 trillones de trillones de clasificaciones distintas) y el hecho probado es que la filogenia obtenida mediante la comparación de la secuencia del citocromo c en 30 grupos taxonómicos (Figura inferior) es totalmente coherente con la clasificación de estos grupos basada en su morfología.

Si la teoría del ancestro común fuese falsa y las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes este resultado no tendría ningún sentido y habría que atribuirlo a una casualidad (con una probabilidad de 1 entre 100 trillones de trillones). Una casualidad que habría que extender el resto de filogenias moleculares, todas ellas correlacionadas entre si con una significación estadística extremadamente alta. Esta magnífica corroboración de la teoría del ancestro común es lo que se conoce como "jerarquías anidadas gemelas".


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miércoles, 23 de diciembre de 2009

Incoherencias bíblicas - El nacimiento en Belén


En entradas anteriores de este blog ya hemos mencionado varias incoherencias bíblicas que dejan claro el carácter mitológico del nacimiento de Jesús. Los dos únicos evangelios canónicos que relatan este episodio se contradicen respecto a la genealogía de Jesús y en cuanto al momento de su nacimiento. También se incluyen detalles incompatibles con el registro histórico o absurdos desde un punto de vista lógico, como la visita de los magos de oriente y la posterior matanza de inocentes. Pero esto no es todo, de hecho ambos relatos son dos historias totalmente distintas e incoherentes entre sí, la única cosa que tienen en común es el objetivo de situar el nacimiento de Jesús en Belen para que se cumpla la profecía de Miqueas 5:1-2. Parece ser, dado que todos los evangelios coinciden en ese punto, que la persona real en la que podría basarse el mito de Jesús procedía de Galilea, y por aquel entonces existían dos creencias populares, que el Mesías nacería en Belén y que ningún profeta puede venir de Galilea (Juan 7:52), por lo tanto, inventar un relato que situase el nacimiento de Jesús en Belen era algo importante para algunos de los primeros cristianos, el problema radica en que cada autor inventó excusas distintas. Veamos las principales diferencias:

Evangelio de Mateo (Mateo 2: 1-23):

José y María vivían originalmente en Belén de Judea y fue allí donde nació Jesús, no se hace referencia a ningún censo imperial, ni a ningún pesebre, establo, cueva ni nada parecido, sino a la propia casa de José. Tras el nacimiento, dado que el rey Herodes pretendía matar a todos los niños de la región (acontecimiento que no se menciona en ningún documento histórico), la familia de Jesús tuvo que exiliarse a Egipto (otro capítulo inventado para el cumplimiento de una profecía) y posteriormente, por miedo a que Arquelao, el hijo de Herodes, continuase siendo una amenaza, decidieron no volver a su casa en Belén y trasladarse en su lugar a Nazaret, en Galilea.

"Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra." (Mateo 2:10-11)

"José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: "Será llamado Nazareno" (Mateo 2:21-23).

Evangelio de Lucas (Lucas 2: 1-39):

José y María vivían originalmente en Nazaret (Galilea) pero a causa de un censo ordenado por el Cesar Augusto, con Quirino como gobernador de Siria (cargo que realmente ocupó 10 años después de la muerte de Herodes), se vieron forzados a desplazarse a Belén para inscribirse (en realidad los censos no exigían desplazarse a ningún sitio). Coincidió que estando allí María dio a luz a Jesús en un pesebre, dado que allí no tenían vivienda ni había espacio en el albergue. Días después del nacimiento se desplazaron a Jerusalén para cumplir con el rito de purificación del niño sacrificando un par de tórtolas y de pichones en el templo. Una vez cumplido el ritual regresaron a su casa en Nazaret, no se menciona matanza ni exilio a Egipto por ningún lado.

"José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David" (Lucas 2:4)

"Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se el puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción. Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, [...] Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea."(Lucas 2:21-22, 39)

Es evidente que cada uno de los autores inventó de un modo totalmente independiente historias distintas para situar el nacimiento de Jesús en Belén (Judea) en lugar de en su lugar de procedencia original, Nazaret (Galilea). El autor del evangelio de Mateo ideo una masacre ordenada por Herodes como la causa de que la familia de Jesús tuviese que desplazarse a Nazaret mientras que Lucas utilizó un famoso censo realizado por Quirino como excusa para que la familia de Jesús tuviese que desplazarse a Belén. Como ya hemos visto anteriormente ambas referencias históricas son totalmente incompatibles.

Pero eso no es todo, la profecía que supuestamente debía cumplirse (Miqueas 5:1-2) esta totalmente tergiversada y sacada de contexto. En realidad Miqueas no habla en ningún momento de la ciudad de "Belén de Judea", tal y como erróneamente se cita en Mateo, sino de una persona, Belén de la casa de Efratá, (solo hay que comparar la cita aparecida en Mateo 2:6 con la frase orginal de Miqueas 5:1 para ver el cambio). Las referencias a un hombre llamado Belén de la casa de Efratá se encuentran también en el primer libro de las crónicas (1 Crónicas 2:50-54) y es a la descendencia de esta casa a la que se refiere Miqueas. Más aún, el líder profetizado por Miqueas no se refiere al Mesías, solo hay que seguir leyendo la profecía (Miqueas 5:5-6) para ver que se refiere al nacimiento de un jefe militar que derrotará a los Asirios. El hecho de que la gran derrota de los Asirios nunca tuviese lugar podría ser suficiente para desestimar las habilidades proféticas de Miqueas.

En resumen, el grado de distorsión, contradicciones e incoherencias en los relatos referidos al nacimiento de Jesús son tantos y tan graves que uno solo puede concluir que se trata de leyendas inventadas por los primeros cristianos para intentar fortalecer la imagen de Jesús como Mesías. De hecho, la credibilidad de todos los evangelios queda inmediatamente en cuestión.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Pruebas de la evolución - La jerarquía de las especies

Prueba 1: La uniformidad de la vida

Prueba 2: La "jerarquía anidada" de las especies

Según la teoría de un ancestro común, el estado de una población o individuo actual depende directamente de los cambios genéticos producidos en la población o individuo inmediatamente anterior. Esta dependencia entre eventos consecutivos se conoce en matemáticas como cadena de Markov. Esta demostrado matemáticamente que un proceso de tipo markoviano, como la evolución progresiva de las especies, debe dar como resultado una jerarquía anidada, es decir, una organización en la que los grupos de un determinado nivel pueden ser clasificados a su vez en grupos de un nivel superior. Aunque de forma subjetiva casi cualquier cosa puede ser clasificada de un modo jerarquizado, solo aquellos elementos en los que las características de cada generación dependan de la generación anterior pueden clasificarse objetivamente de modo que se obtenga una única jerarquía anidada. Veamos un ejemplo para cada caso:

Los coches: evidentemente los coches pueden ser clasificados siguiendo una jerarquía, podríamos empezar clasificándolos por su fabricante, los de cada fabricante podrían ser clasificados a su vez por su año de fabricación, dentro de los de cada año podríamos hacer una clasificación por colores, y así sucesivamente. Sin embargo, es también evidente que los criterios elegidos para la clasificación son subjetivos, cada persona podría elegir un orden distinto, clasificarlos primero por su color, después por su año de fabricación, etc.

Los idiomas: dado que los idiomas actuales son el fruto de modificaciones progresivas de antecesores comunes, estos pueden ser clasificados generalmente de forma objetiva. No tendría sentido incluir el español en la misma categoría que el alemán pero distinta del portugués. Este sería también el caso de los seres vivos si realmente proceden de un ancestro común.

En resumen, la clasificación de coches, libros, minerales (u organismos cuyas características hubiesen sido asignadas de modo independiente) dará como resultado un número elevado de árboles filogenéticos posibles, mientras que la clasificación de elementos que han ido variando progresivamente a partir de predecesores comunes solo podrán ser clasificados objetivamente en uno o un número muy reducido de árboles filogenéticos muy poco o nada variables.

Pues bien, el hecho es que la inmensa mayoría de las especies actuales pueden clasificarse de un modo muy sencillo siguiendo una jerarquía anidada. Esto es evidente en el uso del esquema de clasificación de Lineo. Basándonos en caracteres derivados compratidos podemos clasificar los organismos estrechamente relacionados en grupos (por ejemplo en géneros), varios géneros podrán ser a su vez agrupados en familias, las familias podrán ser agrupadas en órdenes, y así sucesivamente.

En el ejemplo específico de las plantas, estas pueden ser clasificadas en vasculares y no vasculares (según la presencia o ausencia de xilema y floema). Dentro de las plantas vasculares se encontrarían dos grupos, las plantas con semillas y las plantas sin semillas, dentro del grupo de plantas con semillas "anidarían" otros dos grupos, las angiospermas (semillas encapsuladas) y las gimnospermas (semillas no encapsuladas) y a su vez el grupo de las angiospermas podría dividirse en monocotiledoneas y dicotiledoneas.

Sería un problema para la clasificación objetiva si existiesen especies que combinasen características de grupos "anidados" en categorías distintas. Siguiendo con el ejemplo anterior, algunas plantas no vasculares podrían tener semillas, como las vasculares, pero eso no ocurre. Alguna planta gimnosperma (como los pinos) podría presentar flores, pero no se conoce ningún caso. Podría darse el caso de que algún ave tuviese glándulas mamarias o pelo, o que alguna especie de mamífero presentase plumas, no existen ejemplos para ninguno de los dos casos.

Si fuese imposible o muy difícil clasificar a cada especie siguiendo una jerarquía anidada objetiva (como ocurre con los coches, los libros, los elementos atómicos, los minerales, etc.) la macroevolución podría ser descartada. De hecho, si el árbol filogenético de los seres vivos presentase unos valores estadísticamente bajos respecto a su estructura jerárquica, la teoría del ancestro común podría ser tachada de falsa. Sin embargo, hasta el momento, las más de 1,5 millones de especies conocidas (la mayoría de ellas descubiertas con posterioridad a que Darwin presentase su teoría del ancestro común) encajan correctamente en un patrón jerárquico de clasificación objetiva. Este resultado no tendría ningún sentido si las especies fuesen creaciones independientes.


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viernes, 18 de diciembre de 2009

Pruebas de la evolución - La uniformidad de la vida


Las últimas entradas de este blog se han dedicado a rebatir una serie de argumentos a favor del creacionismo de Tierra joven (una creencia religiosa que sostiene que el universo tiene alrededor de 6.000 años de antigüedad). Los interesados en leer la serie de argumentos creacionistas y su refutación científica pueden comenzar en el siguiente enlace.

Una vez evidenciada la ausencia de fundamento científico en los planteamientos creacionistas, pasamos a exponer una serie de hechos probados que demuestran la evolución de todas las formas de vida en la Tierra a partir de un ancestro común gracias a la selección natural. Afortunadamente ya existe un trabajo excelente al respecto en una web imprescindible (enlace), recomiendo su lectura a todos los visitantes de este blog, especialmente a los creacionistas. Dado que este trabajo está en inglés y no todo el mundo podrá entenderlo me limitaré a traducir y resumir cada una de las secciones en las que se divide.

Prueba 1: La uniformidad fundamental de la vida

Según la teoría de un ancestro común, todos los seres vivos modernos somos descendientes de una única forma de vida originada en un pasado remoto (unos 3.000 millones de años). A pesar de la gran variedad de formas de vida actuales (bacterias, animales, plantas, etc.), existen varios criterios fundamentales que caracterizan la vida, estos son (1) la capacidad de replicación, (2) la herencia de caracteres, (3) la catálisis de reacciones bioquímicas y (4) la utilización de energía por medio del metabolismo. Si todas las especies actuales descienden de una única especie original, entonces todas las células actuales deberán compartir los mecanismos y estructuras que intervienen en los procesos básicos para la vida. Esta predicción ha quedado plenamente confirmada por hechos como los siguientes:

- Los polímeros comunes de la vida:

Absolutamente todas las formas de vida estudiadas hasta el momento utilizan los mismos polímeros para realizar sus funciones básicas. Estos son el DNA, el RNA, las proteínas y los polisacáridos, independientemente de la especie y a pesar de que en la práctica se pueden sintetizar cientos de polímeros distintos a estos. De hecho, aunque los componentes de estos polímeros (nucleótidos, aminoácidos y monosacáridos) pueden presentar dos o más formas quirales, todas las células actuales contienen el mismo estereoisómero para cada uno de ellos.

- Las proteínas catalíticas

Para poder llevar a cabo las funciones básicas para la vida se deben catalizar ciertas reacciones químicas. Absolutamente todos los seres vivos estudiados hasta el momento utilizan proteínas (enzímas) para la catálisis de estas reacciones (para un número reducido de reacciones se utiliza RNA, también de forma común en todos los seres vivos). Las proteínas son básicamente cadenas de aminoácidos y, a pesar de que en la naturaleza existen más de 390 aminoácidos distintos, solo 22 de ellos forman parte de todas las proteínas presentes en los seres vivos (los mismos 22 aminoácidos en todas las células actuales).

- Los ácidos nucleicos como soporte de la información genética

Todas las formas de vida conocidas utilizan los mismos polinucleótidos (DNA y RNA) como soporte para la información genética que se transmite de una generación a otra. La replicación de todas las células se basa en la duplicación del DNA. El DNA esta formado exclusivamente por cuatro nucleótidos comunes para todos los organismos vivos conocidos, a pesar de que en la naturaleza existen más de 100 nucleótidos distintos.

- El código genético universal

Debe existir un mecanismo para traducir la información contenida en el DNA a proteínas que realicen las funciones básicas de la célula. Todos los organismos conocidos hasta la fecha utilizan el mismo código para traducir a proteínas la información contenida en los ácidos nucleicos (este código universal aparece en la ilustración de esta entrada). Existen raras excepciones a este código universal consistentes en sutiles variaciones del mismo (en apenas 1 o 2 de los 64 codones posibles) en un reducido grupo de microorganismos. El hecho de que el código sea universal y este formado por tripletes no solapantes fue predicho con anterioridad a su descodificación en base a un razonamiento evolucionista, todas esas predicciones resultaron ser ciertas (incluidas las pequeñas variaciones en grupos filogenéticos muy distantes). Si todas las formas de vida provienen de un ancestro común el código debe conservarse en el tiempo, dado que cualquier cambio significativo en el mismo alteraría todas las proteínas y sería incompatible con la vida. Sin embargo, si cada especie o cada gran grupo taxonómico (mamíferos, artrópodos, plantas fenerógamas, etc.) fuesen creaciones independientes no habría razón alguna por la cual tuvieran que compartir dicho código.

- El metabolismo común

Todos los organismos conocidos utilizan rutas y enzimas metabólicas extremadamente similares, cuando no las mismas, para obtener la energía acumulada en determinadas moléculas. Por ejemplo, los sistemas metabólicos fundamentales de todas las células son la glucólisis, el ciclo de ácido cítrico y la fosforilación oxidativa. En todas las células eucariotas y en la mayoría de las procariotas la glucólisis se produce en los mismos diez pasos, en el mismo orden y usando las mismas enzimas, a pesar de que existen miles de rutas alternativas para la glucólisis con el mismo rendimiento energético, lo mismo ocurre con el ciclo del ácido cítrico o la fosforilación oxidativa. Además, la unidad básica de almacenamiento de energía, la adenosina trifosfato (ATP), es la misma en todas las especies conocidas a pesar de que se obtendría el mismo resultado utilizando alguna de las cientos de moléculas alternativas.

Encontrar alguna forma de vida que utilice un polímero distinto al ADN o el ARN para codificar su información genética, que traduzca la información de estos polímeros siguiendo un código distinto al que conocemos, que presente una quiralidad alternativa en los componentes de sus macromoléculas u obtenga y almacene su energía mediante rutas y moléculas distintas a las que hasta ahora aparecen como universales podría ser un argumento en contra del origen común y la evolución de las especies. Hasta el momento no se ha encontrado ninguna.

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sábado, 12 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - La población de la Tierra

Y terminamos rebatiendo el último de los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

La población de la Tierra.

Argumento creacionista (resumido): "Si es verdad que la raza humana se ha estado multiplicando por un mínimo de un millón de años ¿Dónde está toda la gente?. La Biblia revela que el hombre se ha estado multiplicando en la tierra por unos 6,000 años, y más específicamente desde el tiempo del Diluvio, lo cual nos dejaría unos 5,000 años, aproximadamente. Si la duración de una generación después del diluvio es de 40 años y si el promedio del crecimiento de la población, tal y como la estiman los expertos, es de 2% en estos momentos, y si una familia promedio ha tenido 2.3 niños cada una (esto considerando la mortalidad infantil, las guerras, las plagas, desastres naturales, etc.), entonces tendríamos el sorprendente resultado de que en 4,300 años a partir del diluvio del Noé y hasta hoy habrían en la tierra un aproximado de 5,200 millones de personas. Esto es sorprendente, considerando que tomamos siempre el mismo promedio de reproducción por familia y que hoy día (octubre 29, 1999), la Oficina Nacional de Estadísticas de la ONU acaba de celebrar el nacimiento del niño en Bosnia que eleva la población mundial a 6,000 millones de habitantes. O sea, que el dato bíblico no es descabellado en lo absoluto. Pero ahora pasemos a la proposición creacionista: Si hace un millón de años el Sr. y la Sra. Zinjantrhopus produjeron 2.3 niños, y si la duración de una generación era de 40 años, y si uno resta aquellos que pudieron haber muerto en cada generación, y si usamos las mismas estadísticas que usamos en el cálculo bíblico, entonces ¡LA POBLACIÓN DE LA TIERRA DEBERÍA SER DE 10 elevado al 1,800¡ Para aquellos que no son matemáticos, esta cifra significa que al 10 usted debe colocarle 1,800 ceros al lado."

Respuesta científica: Una vez más nos encontramos ante un ejemplo claro de manipulación o tal vez de ignorancia absoluta. Se parte de la premisa de que el ritmo de crecimiento de la población ha sido constante durante 5.000 años, lo cual es totalmente falso, y no solo eso, sino que el ritmo supuestamente constante elegido por el autor creacionista es ni más ni menos que el 2%, cuando este porcentaje solo se ha alcanzado en la historia de la humanidad durante apenas una década (entre los años 1965 y 1975), constituye su máximo histórico y no ha dejado de reducirse desde entonces (actualmente es casi la mitad). Por lo tanto, la elección de un ritmo de crecimiento del 2% es arbitraría y absolutamente desproporcionada, de hecho, el ritmo de crecimiento medio estimado con anterioridad a la revolución industrial (siglo XIX) es del 0,123 % y el crecimiento previo al desarrollo generalizado de la agricultura sería cero.

Si diésemos por bueno el ritmo de crecimiento constante del 2% (algo totalmente ridículo) a partir de los 8 supuestos supervivientes del diluvio mitológico obtendríamos que la población actual (5.o00 años después) debería ser de 8 elevado a 43:

P = 8 x (1,02 elevado a 5.000)

o lo que es lo mismo, y dicho en el lenguaje de los creacionistas, 80 trillones de cuatrillones de personas. Esta claro que sigue siendo una cifra absurda fruto de unas suposiciones absurdas (por muchas guerras y epidemias que quisieran poner por medio). En 1925 el autor creacionista William Williams hizo un cálculo igualmente ridículo pero que conseguía cifras más verosímiles, su argumento consistía en que, según los textos bíblicos, la población mundial después del diluvio se duplicaría cada 168 años. Según sus cálculos la población mundial habría comenzado a multiplicarse a partir de Noé 5177 años antes y por lo tanto la población en 1925 sería de unos 1.890 millones de personas, 2 elevado a (5177 : 168), lo cual encajaba sospechosamente bien con la población mundial en aquel momento. Sin embargo, cuando uno manipula las cifras para obtener el resultado deseado se olvida de ciertos detalles, siguiendo el modelo de Williams obtendríamos cifras absurdamente pequeñas en determinados momentos históricos (o incluso bíblicos):

- En el momento de la construcción de las piramides de Giza (hace aproximadamente 4.500 años) la población mundial sería de unas 23 personas.

- Hace 3.450 años, cuando los creacionistas calculan que Moisés guiaba a más de 600.000 judíos en su éxodo desde Egipto, la población mundial sería de unas 1.700 personas.

- Hace 2.500 años, durante las guerras entre griegos y persas la población mundial sería de 88.000 personas (solo el ejercito persa ya estaba compuesto por cientos de miles de soldados)

- Hace poco más de 2000 años, en el momento del supuesto nacimiento de Cristo, la población mundial según el modelo de Williams sería de unas 600.000 personas (solo el imperio romano ya tenía por aquel entonces decenas de millones de habitantes).

Del mismo modo que ocurre con un gran número de especies en la naturaleza, es de esperar que el número de seres humanos se mantendría en niveles más o menos constantes durante decenas de miles de años previos al desarrollo de la agricultura. Este hecho y el constante avance de la tecnología habrían permitido incrementar progresivamente la esperanza de vida y el ritmo de crecimiento de la población, que aún así habría seguido siendo muy reducido hasta dispararse tras la revolución industrial.

Argumento anterior: El tiempo

jueves, 10 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - El tiempo


Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

El tiempo necesario para la evolución:

Argumento creacionista: "La evolución enseña que la vida comenzó de más o menos 2,5 a 3,5 millones de años, cuando un accidente remotamente probable sucedió, y gradualmente se ha desarrollado a través de una serie de COINCIDENCIAS REMOTAS en acontecimientos fortuitos y al azar, en un proceso que no fue planificado por nadie. [...] Pues, a través del tiempo y a través de un proceso llamado selección natural, una célula se dividió y se convirtió en dos células, y así sucesivamente hasta que llegó el hombre. Pero, ¿Es la cantidad de tiempo que se imaginan los evolucionistas suficiente para el lento proceso que ellos creen que ha causado las condiciones presentes y las formas de vida que hoy existen? [...] De acuerdo con las computadoras del Instituto Tecnológico de Massachusetts, esta proposición no es realista en lo absoluto. Las computadoras calcularon que si los cambios que los evolucionistas sugieren ocurrieran cada segundo [...], todavía no hubiese tiempo suficiente para que una simple célula hubiese cambiado a un organismo complejo como lo es el hombre, ni si para que tal cambio ocurriese se le diera a esa única célula 10,000,000,000 de años. Esta cantidad de tiempo es mayor del doble del tiempo que los evolucionistas le dan ¡a todo el universo! Solamente una inteligencia suprema pude causar o ser la fuente de la existencia de tal complejidad como la que demuestran los organismos vivos, tales como el hombre en tan corto lapso."

Respuesta científica: Este argumento creacionista comienza y termina con dos errores de magnitudes astronómicas. El autor afirma que los científicos creen que la vida comenzó hace unos 3 millones de años, cuando en realidad los científicos calculan que la vida se originó hace 3 mil millones de años, una cifra mil veces superior. El autor termina diciendo que 10 mil millones de años es más del doble de la edad que los científicos dan al universo, cuando en realidad la edad calculada científicamente se estima en más de 14 mil millones de años. Como en ocasiones anteriores, vamos a dar ventaja a los creacionistas y a pensar que estos errores son solamente de carácter tipográfico.

Desconozco en que consisten los cálculos citados por el autor creacionista, ya que no aporta ningún dato concreto, pero me resulta curioso que un resultado de ese tipo se haya obtenido en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el mismo instituto que este año esta celebrando el bicentenario de Darwin (enlace). En cualquier caso, supongo que los trabajos a los que se refiere el autor están relacionados con los postulados de Henry Morris, el fundador del Instituto para la Investigación de la Creación (ICR) y padre del creacionismo moderno. Su argumento se puede resumir en que las mutaciones son necesarias para la evolución, sin embargo, las mutaciones son muy escasas en la naturaleza. Morris calcula, por ejemplo, que si una determinada característica funcional necesita de 200 mutaciones beneficiosas la probabilidad de que esta aparezca será de r elevado a 200 (donde r es el ratio de mutaciones beneficiosas). Según los cálculos de Morris, si una de cada dos mutaciones fuese beneficiosa (r = 0,5), lo cual estaría muy por encima del ratio real, la probabilidad de que se acumulasen dichas mutaciones sería inferior a una de cada 10 elevado a 60, es decir, prácticamente imposible. Sin embargo, y como ya es costumbre, los cálculos creacionistas parten de una premisa falsa, los cálculos de Morris presuponen que las 200 mutaciones beneficiosas deben tener lugar de forma consecutiva sin que pueda haber ninguna mutación de otro tipo entre ellas, algo totalmente ridículo en base a lo que sabemos de genética. Si eliminamos esa premisa infundada nos encontramos con que, según el absurdo modelo de Morris, 200 mutaciones beneficiosas a un ratio de 0,5 pueden acumularse en apenas 400 generaciones, algo que para una bacteria supondría unas horas, para una mosca unos 5 años y para un humano unos 8000 años, unos tiempos ridículamente pequeños desde el punto de vista de la evolución. En cualquier caso, estos cálculos implican tal grado de reduccionismo que no tienen ninguna validez. Si tenemos en cuenta factores como el tamaño de las poblaciones, la recombinación sexual y otros procesos implicados en la variabilidad genética la acumulación de mutaciones se produce a un ritmo razonablemente alto y perfectamente consistente con la evolución de las especies.

Argumento anterior: La velocidad de la luz.
Argumento posterior: La población de la Tierra.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - La velocidad de la luz

Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

La Velocidad de la Luz:

Argumento creacionista: "¿Cómo es que si la luz, proviniendo de galaxias tan distantes que se encuentran a millones de años luz de distancia alcanzan nuestro planeta, si la creación sucedió hace tan sólo 6,000 años? Esta es una pregunta que los evolucionistas han usado para apabullar a muchos expositores "evolucionistas" (¿? supongo que aquí el autor quería decir "creacionistas"). Pero yo les pido a nuestros lectores que consideren lo siguiente: Nosotros le servimos a un Dios todopoderoso para quien nada es difícil. Cuando Dios creó al hombre, aunque el hombre solamente tenía unos minutos de haber sido creado, el hombre lucía maduro y tenía la apariencia de un hombre de muchos años. [...] Dios tiene la habilidad de crear cosas con la apariencia de vejez. Por tanto, cuando Dios creó las estrellas y las arrojó al espacio sideral, las olas luminosas pudieron haber sido creadas completamente extendidas, dando la apariencia de que tanto ellas como la luz que irradian habían estado viajando por miles de años."

Respuesta (En este caso la respuesta no puede ser calificada de científica porque el argumento que pretendemos rebatir no tiene nada que ver con la ciencia): La velocidad de la luz (unos 300.000 km por segundo) es un hecho, y lo es hasta tal punto que no lo niegan ni los creacionistas, tan aficionados a desmentir hechos. Sin embargo, hay que hacer notar que los creacionistas caen en este asunto en una contradicción fundamental, después de no se cuantos inútiles esfuerzos por demostrar que la simple observación del universo demuestra que es un universo joven nos vienen ahora con que Dios creó el universo con la intención de que aparentase tener miles de millones de años de antigüedad, desacreditando de este modo sus propios argumentos anteriores. Con esta forma de "razonar" los creacionistas no dejan el más mínimo espacio a la ciencia, ninguna prueba científica tendría por que ser tomada en serio ya que todas y cada una de ellas podrían ser un engaño diseñado por Dios para despistarnos. Ellos son muy libres de creer en eso, pero si esa es su forma de pensar deberían dejar de llamarse a si mismos científicos y de referirse a sus argumentos como pruebas científicas.

Argumento siguiente: El tiempo.

martes, 1 de diciembre de 2009

Desmontando el creacionismo - El polvo espacial y los cometas


Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.

El Polvo Espacial:

Argumento creacionista (errores gramaticales del original): "Las partículas del polvo espacial son prácticamente chupadas por el sol. En otras palabras, el sol atrae estas partículas de todo su alrededor. En apenas 4,500 millones de años, el sol hubiese atraído partículas de hasta 3 pulgadas de diámetro suficientes para haberse amontonado hasta llegar a Júpiter. Sin embargo, una gran cantidad de partículas de polvo espacial aún permanece salva de la succión del sol a través de todo el universo."

Respuesta científica: El autor creacionista se esta refiriendo en este caso al efecto Poynting-Robertson. Se trata de un proceso por el cual la absorción de radiación solar provoca que las partículas que orbitan al rededor del Sol se aproximen a este describiendo una trayectoria espiral. Referirse al efecto Poynting-Robertson como si fuese la única fuerza del universo sin tener en absoluto en cuenta los muchos otros factores implicados es un nuevo ejemplo de la absoluta manipulación creacionista y de su nulo sentido científico. El autor omite, por ejemplo, que la presión de radiación del Sol provoca que las partículas más pequeñas se alejen del sistema solar, ya que su efecto supera con creces al de la radiación absorbida. El efecto repulsivo del Sol sobre ciertas partículas se hace evidente cuando observamos la cola de los cometas, en las que se liberan al espacio nuevas partículas de polvo espacial que se extienden millones de kilómetros en dirección opuesta al Sol. También ignora el autor creacionista el efecto de la gravedad de los planetas sobre las partículas de polvo espacial, algo que puede mantenerlas en órbita por tiempo indefinido. Este también es un buen ejemplo de la obsesión de los creacionistas con un universo inmóvil, tengo que recordarles que el universo es un sistema en movimiento, el paso de los cometas cerca del Sol y la colisión de asteroides liberan constantemente al espacio nuevas partículas de polvo que sustituyen a las que son destruidas.

Los cometas:

Argumento creacionista: "Los cometas generalmente se rompen y son atraídos o chupados por el sol después de aproximadamente 10,000 años de edad, esto según estudios realizados por famosos científicos evolucionistas. Pues el hecho de que hoy todavía existan cometas, ¡significa que su edad es menor de 10,000 años!. Se considera que los cometas tienen la misma edad que el Sistema Solar, esto también de acuerdo a las teorías evolucionistas. ¡Pues si la edad de los cometas es menor de 10,000 años, la edad del sol también debe ser menor de 10,000 años!"

Respuesta científica: Efectivamente, cada vez que un cometa se aproxima al Sol pierde gran parte de su masa por evaporación y tras un número variable de aproximaciones termina por desaparecer. La duración de la vida de un cometa dependerá de su tamaño y se estima en decenas de miles de años. Llegados a este punto ¿y eso qué? ¿quién dice que los cometas que desaparecen no son reemplazados por otros nuevos?. Hoy en día los astrónomos saben que al rededor del sistema solar existen miles de millones de potenciales cometas agrupados en los conocidos como cinturón de Kuiper y Nube de Oort. Algunos de estos potenciales cometas son "lanzados" cada cierto tiempo hacia el Sol a causa de perturbaciones gravitacionales.

Argumento anterior: El Sol y la Luna.
Argumento siguiente: La velocidad de la luz.