En el pueblo en el que suelo pasar mis vacaciones se suele sacar en procesión, creo que el domingo de resurrección, una figura que representa al personaje de la virgen María. Durante la procesión la figura va vestida de luto pero, al final de la misma, se le retira el manto negro y aparece vestida de blanco debido a la noticia de la resurrección de su hijo. Recuerdo que hace algunos años estaba en el lugar donde termina la procesión y vi todo el ritual, casualmente, en el mismo momento en el que retiraban el manto negro comenzó a nevar y escuché a una señora comentar que era una señal. Sí, durante esas vacaciones había nevado prácticamente todos los días, pero para esa señora, y estoy seguro que para muchos otros de los feligreses, en aquella ocasión era una señal divina. En eso mismo consiste el pensamiento mágico, en llegar a conclusiones no científicas y carentes de fundamentos lógicos que suelen incluir la relación causal entre pensamientos, creencias, oraciones o ritos mágicos (o religiosos, que vienen a ser lo mismo) con acontecimientos en el mundo físico.
Ese ritual del velo se realiza cada año en un gran número de pueblos, y en la práctica totalidad de las ocasiones no pasa nada, pero si un día nieva, sale el sol, canta un pájaro o se ve un relámpago será sin duda una señal divina. Obviamente el instante en el que comienza a nevar, a llover o cae un rayo en un pueblo coincide con un sin fin de acontecimientos, en ese mismo instante y ese mismo pueblo alguien pulsó el timbre de un portal, subió el volumen de la televisión o cambió de canal, marcó un número de teléfono o puso en marcha el microondas... pero ninguno de ellos relacionó el hecho de pulsar un botón con el hecho de que comience a nevar o llover, sin embargo, si esa acción incluye algo a lo que hemos atribuido algún poder sobrenatural estaremos predispuestos a encontrar una relación causa-efecto por ilógica que sea. De hecho, nuestra tendencia al pensamiento mágico es algo innato, relacionado con la forma en la que funciona nuestro cerebro y es sujeto de estudio en psicología, antropología y otras ciencias. ¿Quién no se ha sorprendido a si mismo reflexionando sobre lo que dice su horóscopo o el mensaje de una galleta china aunque sepamos con certeza absoluta que son predicciones arbitrarias carentes de fundamento? ¿Quien no ha tenido la sensación de que solo llueve los fines de semana o que siempre empieza a llover en cuanto abrimos la puerta de casa?
En definitiva, las religiones no dejan de ser un tipo de pensamiento mágico, y al igual que el horóscopo, las galletas chinas, las supersticiones sobre gatos negros y espejos rotos, o la lluvia que parece tener el propósito de estropearnos el fin de semana, es un pensamiento sin fundamento que deberíamos descartar en cuanto aplicamos el sentido común.
Hola, debería de practicarse el pensamiento crítico, pero es mas fácil creer que pensar. Hay pereza mental y le gente prefiere sentirse confortable aunque viva en la fantasía.Un saludo.
ResponderEliminarDios existe. Ni siquiera la imaginación humana es capaz de inventarse un Dios tan Grandioso. Por eso os negáis a plantearos la pregunta ¿qué coño quizás Dios existe?. Si dedicaséis todos los esfuerzos que estáis haciendo a luchar contra él, a conocerlo obtendríais pruebas de que Dios existe.
ResponderEliminarTe aseguro que no tengo ningún interes particular en que no haya ningún dios y no me niego en absoluto a plantearme esa pregunta, todo lo contrario, creo que todos y cada uno de los post de este blog son precisamente respuestas y reflexiones ante esa pregunta, lo que pasa es que mi conclusión es que no hay dios, si tuviese alguna evidencia de que existe algún dios o dioses no tendría ningún inconveniente en creer en el, ella o ellos. Ya que tu has dedicado tanto tiempo y estás tan seguro de que existe ¿me podrías dar alguna de esas evidencias o compartir alguna de tus reflexiones al respecto? te estaría muy agradecido. En cuanto a tu argumento de que ni siquiera la imaginación humana es capaz de inventarse algo tan grandioso, no tiene ni pies ni cabeza, por supuesto que mi imaginación puede inventarse un ser omnipresente, omnisciente, omnipotente y omnibenevolente, y muchas cosas más, como brujas, demonios, unicornios, caballos alados, incluso varios dioses al mismo tiempo (supongo que no crees que existan ninguna de esas cosas por el mero hecho de que podemos imaginarlas), lo que pasa es que si contrastamos esas supuestas cualidades de ese teórico dios con la realidad nos encontramos con que no encajan en absoluto, y mira que los teólogos llevan siglos esforzandose por hacer que encajen. Los ateos no tenemos nada que ganar creyendo que dios no existe, sois los creyentes los que teneís pánico a castigos en el infierno o a perder una supuesta vida eterna, son esas amenazas con las que se os educa desde la infancia las que evitan que os enfrenteis a un reflexión seria y hacen que os limiteis a argumentos tan superficiales e inconsistentes que se esfumarían si dedicaseis solo cinco minutos a meditarlos.
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarDe eso tratan las religiones, de crear seres condescendientes bajo un pensamiento único... De tener el monopolio de sus "almas" y así poder gobernar sus vidas, bajo la amenaza del infierno, purgatorio y demás... Aunque siempre hay solución terrenal a sus pecados... ya sea por vía pecuniaria o con patrimonio...
Coincido con la pregunta de Despredicador... Sería interesante conocer algunas de esas evidencias por las que uno pudiera creer en dios... Pero no valen esas que hacen referencia al "misterio de la fe", ya que con ese argumento no se llega a ningún lado...
Saludos!!
Pep
Hola, de nuevo yo. Insisto ¿ porque siempre tienen que ser anónimos, los que defienden tanto la fe? A mi no me daría pena ni temor dar la cara si creyera en dios y diera los fundamentos de mi fe, así mismo no me da temor decir que no creo, yo pongo mi nombre real, de frente. Me gustaría que los planteamientos fueran así. Saludos.
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