lunes, 4 de enero de 2010

Pruebas de la evolución - Las formas de transición



Prueba 04: Las formas de transición:
Si la teoría de la evolución es cierta y solo hay una única filogenia universal, entonces todos los organismos, tanto los presentes como los pasados, deben encajar en ella. Por lo tanto, esperamos que todos los fósiles puedan ser ubicados de un modo coherente y objetivo dentro del árbol genealógico de las especies.

Cada punto del árbol filogenético en el que nacen dos nuevas ramas representa un ancestro común. Según los criterios morfológicos y bioquímicos las aves están estrechamente relacionadas con los reptiles y compartirían un ancestro común, por otro lado los mamíferos estarían también relacionados con los reptiles por medio de un ancestro común distinto. Según este resultados esperaríamos encontrar formas de transición entre reptiles y aves o entre reptiles y mamíferos pero en ningún caso encontraríamos formas intermedias entre mamíferos y aves. Es decir, si la teoría de la evolución es cierta, podremos predecir que características morfológicas podrán presentar las formas de transición ya extinguidas y cuales no. En base a lo que sabemos de las aves y los reptiles podemos esperar encontrar fósiles similares a reptiles con plumas o similares a aves con dientes, pero no esperamos encontrar fósiles similares a mamíferos con plumas o similares a aves con los huesos del oído medio de los mamíferos.

Una vez más las predicciones basadas en la evolución de las especies se cumplen, se han identificado un gran número de formas de transición entre dinosaurios y aves que permiten observar sin apenas interrupciones las progresivas transformaciones morfológicas que conectan ambos grupos, desde la aparición de los precursores de las plumas hasta la modificación progresiva de las extremidades anteriores, pasando por la perdida paulatina de los dientes. Estas formas de transición están representadas por Eoraptor, Herrerasaurus, Ceratosaurus, Allosaurus, Compsognathus, Sinosauropteryx, Protarchaeopterys, Caudipteryx, Velociraptor, Sinovenator, Beipiaosaurus, Sinornithosaurus, Microraptor, Archaeopteryx (en la imagen), Rahonavis, Confuciusornis, Sinornis y Patagopteryx, entre muchas otras.

También existe una colección de fósiles que ilustran de forma extraordinaria la transición entre reptiles y mamíferos, desde los grupos pelycosauria, therapsida y cynodonta hasta los mamíferos primitivos. En lo que se refiere al esqueleto, una diferencia importante entre reptiles y mamíferos es que los primeros tienen al menos cuatro huesos en su mandíbula inferior y solo uno en su oído medio mientras que los mamíferos tienen un único hueso en la mandíbula inferior y tres en el oído medio. A comienzos del siglo XX se descubrió que dos huesos homólogos en el feto daban lugar a dos huesos de la mandíbula (cuadrado y articular) en los reptiles y a dos huesos del oído interno en los mamíferos (yunque y martillo), lo que sugiere que estos dos huesos del oído interno de los mamíferos evolucionaron a partir de los primeros. Todo este proceso evolutivo esta perfectamente ilustrado mediante una completa colección de formas de transición fosilizadas (Figura inferior).


Uno de los ejemplos más famosos de fósiles de transición es la colección actual de fósiles de homínidos. Basándonos en numerosos análisis filogenéticos el chimpancé es considerada la especie viviente más próxima a los humanos. Por lo tanto, según la teoría de la evolución, debieron vivir en el pasado especies que presentasen morfologías intermedias entre humanos y chimpancés. A lo largo del siglo XX varios descubrimientos paleontológicos espectaculares han identificado los fósiles de varias especies de homínidos que cumplen estas características predichas y que se ilustran de un modo incuestionable en la figura inferior. Los craneos de la figura van desde el chimpancé moderno (A) hasta el hombre moderno (N) pasando por el Australopithecus africanus (B, C), el Homo habilis (D, E), Homo rudolfensis (F), Homo erectus (G), Homo ergaster (H), Homo heidelbergensis (I), el hombre de neandertal (J, K, L) y el hombre de Cro-Magnon (M). Debe quedar claro que esto en ningún caso significa que el hombre proviene del chimpancé, sino que ambas especies comparten un antepasado común.

Del mismo modo han sido identificados ejemplos similares de formas de transición incluso en los casos más extremos, como la evolución de las ballenas y otros mamíferos marinos, como el manatí o el dugongo, a partir de mamíferos terrestres.

Hasta el momento no se ha encontrado ninguna especie fosilizada que represente un estado intermedio entre aves y mamíferos ni ninguna otra transición incoherente con el árbol filogenético estandar basado en la teoría de un ancestro común. Si las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes nada impediría la existencia de dichas formas de vida, animales con plumas y placenta al mismo tiempo, por ejemplo.

Prueba 5: Los vestigios anatómicos

.

7 comentarios:

  1. Excelente, una vez más. Las pruebas a favor de la evolución son abrumadoras. Y sin embargo es increible observar que el creacionismo sige de tan rabiosa actualidad en plena era del conocimiento. Es lo que tiene la fe, esa extraña vacuna que inmuniza al portador contra cualquier evidencia racionalista.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. LA TEORIA DE LA EVOLUCION ES UN MARAVILLOSO FRAUDE

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    3. Naturalmente que hay evolución, pero en cada una de las mismas especies, por más que el hombre pretenda encajar al simio con un antepasado común, hasta la fecha no ha sido posible localizarlo, tal vez si se los pone entra la lista de "LOS MÁS BUSCADOS" alguien podría darnos la dirección, teléfono y hasta correo electrónico de ese antepasado común. El evolucionismo funciona simplemente en cada una de las especies pero no entre especies. Incluso si hablamos del cromosoma 2 que se le atribuye como una fusión de dos cromosomas para justificar de algún modo la razón por la cual en los simios encontramos 24 pares y en el hombre 23. No sólo en el hombre se ha encontrado fusión de dos cromosomas, no es exclusiva de los hombres, por lo tanto es un hecho natural que podamos encontrar cromosomas aparentemente fusionados. Por otro lado, si vamos al origen de la vida misma expuesta por Alexander Oparín, las evidencias se complican más, porque es matemáticamente imposible demostrar por probabilidades que en tan solo 5mil millones de años pueda darse el hecho concreto de que aleatoriamente se formen los 20 aminoácidos que hay en la naturaleza y se formen de manera precisa la secuencia para la formación de las proteínas, y estas que de un forma secuencial se vayan ordenando para la formación de un solo elemento estructural (como por ejemplo el flagelo de las bacterias que requiere de 40 a 50 estructuras proteicas) biológico de la más simple y pequeño pequeña forma de vida más simple (como es el caso de las bacterias). COMO DICE CONDOIRITO: ¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN! Lo lógico y razonable, es aceptar estos inconvenientes y dejarlos en el halo del misterio, antes que inventarnos falacias que la misma ciencia y tecnología los cuestione. AÚN A PESAR DE QUE PARTAMOS DE APARENTES IMPLICACIONES TEOLÓGICAS, PERO EVIDENTEMENTE NO PARTEN DE PREMISAS TEOLÓGICAS.

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  3. El mensaje anterior ha sido elimiando por contener enlaces publicitarios sin relación con la temática del blog. Con toda seguridad se trata de un robot productor de spam pero para evitar susceptibilidades reproduzco el mensaje eliminando el enlace.

    "I recently came accross your blog and have been reading along. I thought I would leave my first comment. I dont know what to say except that I have enjoyed reading. Nice blog. I will keep visiting this blog very often."

    Alena

    ResponderEliminar
  4. putos chotos animales osea tu hijo de...........

    ResponderEliminar