Me permito recomendarle la lectura de un clásico de la literatura universal: Los hermanos Karamazov, de Dostoyevski. Sin ánimo de molestar, honestamente creo que es verdad que se puede crear un mundo en el que no está Dios, pero ese mundo solo se puede crear contra el hombre.
Gracias por la recomendación. Es un libro que tengo pendiente. Y sin ánimo de molestar, no hace falta crear un mundo en el que no está Dios porque Dios nunca ha estado. Los malo y bueno que haya pasado, este pasando y vaya a pasar es responsabilidad únicamente nuestra. No seamos buenos por miedo al infierno, eso tiene muy poco mérito.
Otra recomendación literaria. Hace poco una buena amiga me ha dejado uno de los clásicos de la filosofía de la religión del siglo XX. "Lo malo" es que lo escribió un jesuita que terminó siendo nombrado cardenal de la Iglesia Católica por Juan Pablo II. Se llama El drama de los humanismos ateos, y el autor es Henry De Lubac (lo acaba de reeditar la Editorial Encuentro). Su tesis es que el análsis de las filosofías ateas -trata el positivismo de Comte, habla de Feuerbach en tanto que su filosofía de la religión es asumida por el materialismo dialéctico de los marxismos y de Nietzsche y su combate- indican que es problemática una antropología que ataca la imagen de Dios. Es muy interesante -y escurridiza- un análisis de la experiencia religiosa. Rudolf Otto y Mircea Eliade son dos maestros... Gracias por su comentario.
Se agradece cualquier recomendación literaria, incluso si la ha escrito un cardenal de la Iglesia Católica. Me gusta conocer los distintos puntos de vista sobre un tema. A pesar de que la inexistencia de Dios es algo que tengo más que por seguro, la "experiencia religiosa" es algo que obviamente existe y seguramente le sea util a muchas personas, les de tranquilidad, esperanza y consuelo. Si a ellos les viene bien pues que lo disfruten, aunque eso nada tenga que ver con la veracidad de sus creencias. Otros recurren al psicólogo o a una echadora de cartas.
A lo mejor es que soy demasiado ingenuo y mi confianza en el ser humano es excesiva pero tengo la convicción de que ser religioso o ateo no hace a alguien mejor o peor persona. Vivo rodeado de gente atea, en mi entorno son una notable mayoría, y puedo decir orgulloso que se trata de grandes personas con valores y convicciones que ojala fuesen mas comunes, tanto entre ateos como creyentes. Supongo que eso hace que yo no tenga el pánico que otras personas tienen a imaginar un mundo sin religiones, convencidas de que necesitamos a un gran hermano vigilante, todopoderoso y omnisciente para evitar que el mundo sea un caos.
Es que la imagen del ojo que todo lo ve de Tolkien -Sauron- o el gran hermano de Orwell a veces me parece que tienen más del dios imaginado que el Dios Crucificado, el escándalo para unos y la necedad para otros... Ahora bien, en la convicción de que la fe o la increencia no exime al hombre de su compromiso con sus hermanos, siempre he creído que creyentes y ateos estamos destinados a salvarnos o perdernos juntos. Que tenemos la misión de humanizar el mundo, que "los demonios" -valga el símbolo- de cada uno de nosotros han de ser derrotados. Quizás el ateísmo contemporáneo sea el valedor de la trascendencia divina... Gracias por sus comentarios.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
ResponderEliminarMe permito recomendarle la lectura de un clásico de la literatura universal: Los hermanos Karamazov, de Dostoyevski. Sin ánimo de molestar, honestamente creo que es verdad que se puede crear un mundo en el que no está Dios, pero ese mundo solo se puede crear contra el hombre.
Gracias por la recomendación. Es un libro que tengo pendiente. Y sin ánimo de molestar, no hace falta crear un mundo en el que no está Dios porque Dios nunca ha estado. Los malo y bueno que haya pasado, este pasando y vaya a pasar es responsabilidad únicamente nuestra. No seamos buenos por miedo al infierno, eso tiene muy poco mérito.
ResponderEliminarOtra recomendación literaria. Hace poco una buena amiga me ha dejado uno de los clásicos de la filosofía de la religión del siglo XX. "Lo malo" es que lo escribió un jesuita que terminó siendo nombrado cardenal de la Iglesia Católica por Juan Pablo II. Se llama El drama de los humanismos ateos, y el autor es Henry De Lubac (lo acaba de reeditar la Editorial Encuentro). Su tesis es que el análsis de las filosofías ateas -trata el positivismo de Comte, habla de Feuerbach en tanto que su filosofía de la religión es asumida por el materialismo dialéctico de los marxismos y de Nietzsche y su combate- indican que es problemática una antropología que ataca la imagen de Dios. Es muy interesante -y escurridiza- un análisis de la experiencia religiosa. Rudolf Otto y Mircea Eliade son dos maestros... Gracias por su comentario.
ResponderEliminarSe agradece cualquier recomendación literaria, incluso si la ha escrito un cardenal de la Iglesia Católica. Me gusta conocer los distintos puntos de vista sobre un tema. A pesar de que la inexistencia de Dios es algo que tengo más que por seguro, la "experiencia religiosa" es algo que obviamente existe y seguramente le sea util a muchas personas, les de tranquilidad, esperanza y consuelo. Si a ellos les viene bien pues que lo disfruten, aunque eso nada tenga que ver con la veracidad de sus creencias. Otros recurren al psicólogo o a una echadora de cartas.
ResponderEliminarA lo mejor es que soy demasiado ingenuo y mi confianza en el ser humano es excesiva pero tengo la convicción de que ser religioso o ateo no hace a alguien mejor o peor persona. Vivo rodeado de gente atea, en mi entorno son una notable mayoría, y puedo decir orgulloso que se trata de grandes personas con valores y convicciones que ojala fuesen mas comunes, tanto entre ateos como creyentes. Supongo que eso hace que yo no tenga el pánico que otras personas tienen a imaginar un mundo sin religiones, convencidas de que necesitamos a un gran hermano vigilante, todopoderoso y omnisciente para evitar que el mundo sea un caos.
Es que la imagen del ojo que todo lo ve de Tolkien -Sauron- o el gran hermano de Orwell a veces me parece que tienen más del dios imaginado que el Dios Crucificado, el escándalo para unos y la necedad para otros...
ResponderEliminarAhora bien, en la convicción de que la fe o la increencia no exime al hombre de su compromiso con sus hermanos, siempre he creído que creyentes y ateos estamos destinados a salvarnos o perdernos juntos. Que tenemos la misión de humanizar el mundo, que "los demonios" -valga el símbolo- de cada uno de nosotros han de ser derrotados.
Quizás el ateísmo contemporáneo sea el valedor de la trascendencia divina... Gracias por sus comentarios.