jueves, 28 de abril de 2011

Conferencia de Sam Harris sobre religión - Parte V



Ellos realmente hacen algo trascendental de las diferencias entre estar dentro del grupo o estar fuera. Las diferencias entre tú y tu vecino no se limitan al color de la piel, el idioma, la política o que quieras sus pertenencias, sino que significan algo relacionado con la eternidad. Así que tenemos grupos de personas que organizan sus identidades morales en base a su afiliación religiosa, estén o no realmente interesados en los detalles teológicos. Este tipo de conflictos, cuando se produce una tensión social... una y otra vez vemos sociedades rotas por conflictos religiosos, sucede en Irlanda, Bosnia, ... no es que los irlandeses estén luchando por la doctrina de la transubstanciación, sino que su identidad, su identidad moral más profunda se ha construido entorno a su afiliación religiosa.

Además está el otro tipo de violencia religiosa que es la específicamente teológica, la que literalmente hace que haya gente matando a otra gente porque el creador del universo quiere que lo hagan y además va a recompensarles por hacerlo. El mejor ejemplo de esto es lo que vemos cada día en las potadas de los periódicos, la violencia yihadista. Lo que defiendo en mi libro es que a menos que cuestionemos los dogmas de fe, a menos que pongamos en cuestión la idea de que las creencias pueden ser santificadas por motivos más allá de las evidencias o los argumentos, nunca eliminaremos del todo las raíces de la violencia religiosa.

He dicho algunas cosas desagradables sobre la fe religiosa. Esto no quiere decir que la religión sea solamente una estafa, no quiere decir que la religión sea solo una maraña de mentiras, conceptos equivocados y errores cognitivos diseñados para anestesiarnos frente al miedo a la muerte. Lo es en gran medida, pero es algo más que eso. No hay duda de que la gente tiene experiencias espirituales, uso las palabras "espiritual" y "místico" en mi libro y las uso entre comillas porque hay muchas connotaciones embarazosas en estas palabras. Pero no hay duda de que la gente tiene experiencias transformadoras extraordinarias, y pueden tenerlas deliberadamente, todas las culturas han producido personas que salen  de su cueva por 40 días o 40 años y descubren que el uso deliberado de la atención,  de la introspección, de la meditación o la oración, puede realmente transformar la mente humana y el testimonio que tenemos sobre este asunto nos llega a través de las tradiciones religiosas.

Desafortunadamente lo hace mezclada con todo tipo de supersticiones y dogmas. Y esta mezcla no se produce por igual en todas las tradiciones, y esto también es un tabú, el saber que existen tradiciones contemplativas, tradiciones espirituales que no han calado del mismo modo en oriente y occidente. Es hasta cierto punto un misterio cultural el por qué esto es así pero la tradición oriental, la tradición india en general y el budismo en particular, ha sido mucho más sofisticada, mucho más empírica en su estudio de las experiencias personales, en su estudio de que es lo que el ser humano puede llegar a aprender si presta atención al flujo de experiencias. Hay analogías en la tradición occidental, hay contemplativos cristianos, judíos y musulmanes, es cierto, en el contexto de toda ideología hay gente que saca lo mejor de ella pero la diferencia entre oriente y occidente en términos contemplativos es como la diferencia entre la medicina occidental y la oriental. Si tienes apendicitis prefieres ir a un hospital occidental con un cirujano educado en occidente, no quieres recibir acupuntura. Puede que haya algo para lo que la medicina oriental sea mejor pero, hablando de forma general, la medicina occidental es la única medicina que tenemos. Y hablando de apendicitis, si hay algo que reduce al absurdo la idea del diseño inteligente eso es el apéndice. 

En occidente tenemos una idea de la salud que va evolucionando, realmente, nuestra concepción de salud mental va progresando. Pensamos que si sales a la calle hablando contigo mismo, demasiado, todos los hacemos un poco, pero si lo haces demasiado y sin controlarte frente a otras personas,  estás loco. Pero si te hablas a ti mismo todo el día, en silencio, pero sabes como mantenerte callado mientras hablas contigo mismo, pensando, pensando, pensando, desde que te levantas hasta que te acuestas, eres perfectamente normal. Se puede decir que estás perfectamente cuerdo. Esta no es la visión que se tiene en oriente, y especialmente no es la visión budista, las escuelas orientales de meditación han descubierto que es inevitable ensimismarse en los propios pensamientos en todo momento. En occidente, los testimonios en este sentido son muy escasos, en occidente hemos estado subidos sobre hombros de enanos en términos contemplativos.

Solo quiero resumir brevemente lo que para mi atestiguan las tradiciones contemplativas, y es algo muy interesante desde el punto de vista científico, como probablemente saben hay encuentros entre el Dalai Lama y científicos occidentales, yo acabo de regresar de una de ellas en Washington D.C. dedicada exclusivamente a las aplicaciones clínicas de la meditación. Hay un diálogo entre científicos occidentales y personas contemplativas sobre como las experiencias de una persona pueden ser aplicadas a terceras personas y sobre como podemos utilizar estos resultados en favor del bienestar humano. Brevemente, el primer fruto de este diálogo es la noción de que los pensamientos positivos, las actitudes positivas, son habilidades, se pueden entrenar, del mismo modo que puedes aprender a tocar el piano puedes aprender a sentir compasión por alguien por el que de otro modo no lo harías. Puedes aprender a sentir alegría por el éxito de otra persona en lugar de envidia, y puedes aprenderlo porque nuestro cerebro es realmente moldeable, nuestros cerebros son instrumentos que cambian según como se toquen, es algo bastante "mágico" que sea así pero parece que así es, quién sabe hasta que punto nuestras experiencias pueden cambiar el cerebro y por consiguiente cambiar las posibilidades de futuras experiencias, pero sabemos que ocurre.

Por lo tanto, lo que tú piensas importa, lo que  sientes importa, el tipo de intenciones que tienes para con los demás importa, el si actúas éticamente importa, aquello a lo que prestas atención en cada momento importa. Importa incluso para la salud, sabemos lo corrosivo que puede ser el estrés para la salud física, incluso si la meditación no hace nada más que reducir el estrés ya merece la pena analizarla. Sabemos que el cerebro esta íntimamente unido a... obviamente al sistema nervios autónomo, pero también al sistema endocrino, al sistema inmune. Estos sistemas se ven afectados por tu vida emocional consciente y al final afectan al cerebro, a su estructura física.

Pero hay un mensaje mas profundo en las tradiciones contemplativas, mas allá de que podemos cambiar nuestras mentes, el mensaje de que hay algo más que la búsqueda de placer o dolor, que hay algo más que la alegría y la tristeza, que las vicisitudes de las experiencias humanas.

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