viernes, 30 de abril de 2010

El cuento chino del Arca de Noé (El País)


El modo en el que algunos medios de comunicación han tratado la ¿noticia? del supuesto descubrimiento del Arca de Noé por un grupo de ¿científicos? evangelistas me parece terrorífico (en la página de "El Mundo" aparece nada más y nada menos que en la sección de ciencia). Es muy triste que los periodistas tengan que recurrir al sensacionalismo barato para poder rellenar unos minutos de programación o un cuarto de página. Afortunadamente existen excepciones, como la del diario El País, que han tratado este nuevo capítulo de pseudo-ciencia chabacano religiosa del único modo que puede hacerse sin caer en el ridículo más absoluto.

El cuento chino del Arca de Noé (noticia completa)

"La noticia de que una expedición china afirma estar al 99 % segura de haber encontrado el Arca de Noé, y en buen estado, es de las que te dejan estupefacto. No por el hallazgo, que es imposible -por la sencilla razón de que el arca, hay que insistir en este punto, no existió jamás, el relato bíblico es un cuento (todo lo bonito que se quiera), y tiene el mismo sentido buscar la capucha de Caperucita-, sino porque manifiesta una vez más las enormes credulidad y estulticia del género humano. Una ingenuidad y una necedad, también, concedámoslo, una legítima necesidad de maravillas, que desgraciadamente se manifiestan muy a menudo en el terreno de la (pseudo) arqueología." (sigue)

Noticia de Jacinto Antón para ElPaís.com

martes, 20 de abril de 2010

jueves, 15 de abril de 2010

Incoherencias bíblicas - Jesús y los mercaderes del templo


Otro famoso pasaje de los evangelios que no se libra de las contradicciones es el que nos cuenta como Jesús expulsó a los mercaderes del templo en Jerusalén. Este relato aparece en los cuatro evangelios canónicos, sin embargo, existen contradicciones respecto al momento en el que tuvo lugar. Existen 3 versiones distintas:

1. Jesús expulsa a los mercaderes al comienzo de su ministerio:

Juan 2:11-16: "Esta fue la primera de las señales milagrosas que Jesús hizo (la conversión del agua en vino). Sucedió en Caná de Galilea. Así mostró su grandeza y sus seguidores creyeron en él. Después de esto, Jesús fue con su mamá, sus hermanos y sus seguidores a Capernaúm y se quedaron allí unos pocos días. Era casi la fecha de la Pascua judía, así que Jesús se fue a Jerusalén. En el área del templo, Jesús encontró a la gente vendiendo terneros, ovejas y palomas y también a los que cambian dinero sentados en sus mesas. Entonces Jesús hizo un látigo de cuerdas y echó a todos del área del templo junto con las ovejas y los terneros. Arrojó al suelo las monedas de los que cambian dinero y les volcó sus mesas. A los que estaban vendiendo palomas les dijo:
—¡Sáquenlas de aquí! ¡No hagan de la casa de mi padre una plaza de mercado!"

No es hasta diez capítulos más tarde cuando se relata la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén:

Juan 12:12-14: "La gran multitud que había venido a la fiesta oyó que Jesús iba a venir a Jerusalén. Tomaron ramas de los árboles y salieron a recibirlo, gritando: —¡Viva el Salvador!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el rey de Israel! Jesús encontró un burro y se montó en él, como está escrito."

2. Jesús expulsa a los mercaderes el día siguiente a su entrada triunfal en Jerusalen (Marcos):

Marcos 11:7-17: "Entonces llevaron el burro a Jesús. Pusieron la ropa de ellos encima y Jesús se sentó. Mucha gente extendió sus mantos en el camino. Otros cortaban ramas de los árboles y las extendían en el camino. Los que iban adelante y los que iban atrás gritaban:
—¡Viva el Salvador! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, el reino de nuestro padre David! ¡Viva Dios que está en los cielos!
Jesús entró a Jerusalén y fue al templo. Miró por todos lados y como ya era tarde se fue para Betania con los doce. Al día siguiente, cuando salían de Betania, a Jesús le dio hambre. [...]. Entonces llegaron a Jerusalén y Jesús entró en el área del templo. Empezó a echar a los que estaban comprando y vendiendo cosas allí. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero y las bancas de los que vendían palomas. No permitió que nadie entrara en el área del tem- plo cargando mercancías. Jesús comenzó a enseñarles: —¿Acaso no está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? ¡Pero ustedes la han convertido en una “guarida de ladrones”!".

3. Jesús expulsa a los mercaderes el mismo día de su entrada triunfal en Jerusalén (Lucas y Mateo):

Lucas 35-46: "Le trajeron el burrito a Jesús. Los seguidores pusieron sus mantos sobre el burrito y ayudaron a Jesús a montarlo. Mientras Jesús avanzaba, la gente extendía sus mantos en el camino. Jesús ya estaba muy cerca de Jerusalén, en la bajada del monte de los Olivos. Todo el grupo de seguidores comenzó a gritar de alegría y a alabar a Dios por los muchos milagros que habían visto. Ellos decían:
—¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor!
—¡Paz en el cielo y gloria a Dios!
Algunos de los fariseos que estaban en la multitud le dijeron:
—Maestro, ¡diles a tus seguidores que no digan esas palabras!
Jesús les dijo:
—Les aseguro que si ellos se callan, las piedras gritarán.
Cuando Jesús estaba a punto de entrar a Jerusalén y vio la ciudad, lloró por ella [...] Jesús entró en el área del templo y empezó a echar a la gente que estaba comerciando. Les dijo:
—Está escrito: “Mi casa será una casa de oración”, ¡pero ustedes la han convertido en una “guarida de ladrones”!".

Mateo 21: 1-13: "Trajeron la burra y el burrito, pusieron sobre ellos su ropa y Jesús se sentó encima. Mucha gente extendía sus mantos sobre el camino. Otros cortaban ramas de los árboles y las extendían en el camino. Los que caminaban al frente de él y los que lo seguían, gritaban:
—¡Viva el Salvador, el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
—¡Viva Dios que está en los cielos!
Cuando Jesús entró a Jerusalén, toda la ciudad se alborotó. Unos preguntaban:
—¿Quién es este hombre? La gente contestaba: —Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea. Entonces Jesús entró al área del templo. Comenzó a echar a todos los que estaban comprando y vendiendo ahí. Volteó las mesas de los que cambiaban dinero y los asientos de los que vendían palomas. Jesús les dijo: —Está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración”.¡Pero ustedes la están convirtiendo en una “guarida de ladrones”!".